Buenas noches, hoy os traemos una reseña del libro
El pueblo en la guerra. Testimonios de soldados en el frente de la Primera Guerra Mundial de Sofia Fedórchenko, colección
El Jardín de Epicuro.
"La mejor literatura rusa que uno ama"."Es la imagen de la Primera Guerra Mundial más fiel y verdadera que conozco, no escrita por un escritor, sino hablada por personas que, sin sospecharlo, son todos escritores".
Elias CanettiThomas Mann apreciaba extremadamente este libro. Su ejemplar de bolsillo, que se encuentra en el Archivo de Thomas Mann de Zurich, está repleto de señales, subrayados y anotaciones de distintos años.
Es un libro muy valioso que merece una tirada popular grande.
Máximo Gorki¿El por qué de la guerra? Los mercaderes han hecho un mal negocio y nos hacen pringar a nosotros. ( Fragmento de “El pueblo en la guerra”)
Fuente: http://www.melibro.com/el-pueblo-en-la-guerra-sofia-fedorchenko/#more-22202
22 de octubre de 2012 |
Autor:
Montag¿El por qué de la guerra? Los mercaderes han hecho un mal negocio y nos hacen pringar a nosotros. (
Fragmento de “El pueblo en la guerra”)Al ser nuestros días hijos del resultado de la
segunda guerra mundial, se tiende a prestar menos atención a la primera, a la guerra del 14, conocida en su momento como
“La gran guerra”. Sin embargo deberíamos leer más cosas sobre este conflicto, pues de un lado sin éste no hubiera existido el otro y porque fue la primera guerra de su “especie”:
una guerra larga, de trinchera, entre
barro y piojos, que generó
brutales carnicerías, nunca antes conocidas producto del uso de nuevo armamento. Todo el mundo henchido de
patriotismo, – producto de las campañas
propagandistas de los diferentes estados – pensó que el conflicto duraría tres meses, y duró cuatro años, casi un lustro largo y agotador que cambió el mundo tal y como era conocido. Y eso que la traca final estaba por venir.A proposito de esto, ha llegado a las librerías un libro que data de principios de siglo XX, editado por primera vez en castellano por
Hermida Editores, escrito por la rusa
Sofia Fedorchenko, libro admirado en su momento por personalidades como
Thomas Mann o Máximo Gorki, en el que se hace un repaso de qué visión tenían los
soldados rusos del conflicto en cuestión, conflicto que acabaría con el
imperio de los Zares.Gracias al testimonio de
soldados rasos del ejercito ruso vamos viendo sus preocupaciones, muy distantes de las de los mandamases. Ante la llamada a filas una sensación:
Miedo. ( leer dos novelas: “El miedo” de Federico de Roberto; y “El miedo” de Gabriel Chevalier” ) De un lado ir a la guerra era la única opción para un hijo de campesino de salir de la prisión del campo, pero por otra sabían perfectamente donde iban. Vemos la relación de éstos con sus
superiores, entre los que se encontraban
personajes embrutecidos que maltrataban a sus soldados a su santo antojo casi con impunidad. Bofetones, puñetazos en la boca…Así se las gastaban.Otro episodio viene dedicado a la
camaradería y compañerismo entre los propios soldados, sin duda elemento que les ayudaba a aguantar los rigores de la situación. Digno de reseñar el testimonio de un soldado que indica que lo peor que le puede pasar a un
soldado es ser culto. Éste, al estar menos acostumbrado a rigores y al ser menos consciente de las cosas, no pasa sino un infierno del que difícilmente sale. También es tratado el tema de cómo es cuidado un
soldado en los hospitales tras ser herido. Es interesante.Siguiendo haciendo un repaso de los temas tratados, los soldados se refieren al enemigo. Por convicciones, o por propaganda, simplemente odiaban al enemigo. Como si extranjero fuera sinónimo de enemigo. Un “enemigo” que sin duda es muy parecido a ellos a excepción que nació en otras tierras. Algunos testimonios hacen referencia a los
soldados alemanes, a los que consideran más cultos que a ellos mismos, igual de bebedores pero menos violentos ( el gran problema del soldado ruso es que bebido es de una violencia destructiva imparable y salvaje ). Me ha hecho gracia que consideren que tienen mejor corazón que los alemanes, pues saben perdonar, cosa que afirman un alemán no hará jamás. Desprecian al
soldado italiano. ¿Qué se puede esperar, dicen, de un soldado, en cuyo país hace sol todo el año y la tierra produce frutos que no han más que recolectar? Me pregunto que pensarían de los
españoles en general.Para concluir los soldados
opinan sobre la guerra en sí. Un infierno, del que tras pocos meses en él da la sensación de una eternidad de la que no saldrá. Al menos cabalmente. Con una sensación de haber sido engañado, de que todo lo vertido contra el “enemigo” no es cierto. Un
relato sobrecogedor del que no sé si hemos aprendido algo casi un siglo después.Me gusta de estos relatos el que se puedan extrapolar a nuestros días y a nuestro día a día. A veces da la sensación, cada día más palpable, que estamos en guerra, con otras armas y objetivos, pero en guerra. Que todos los ámbitos de la vida y los comportamientos de la personas, se rigen como si estuviesemos en una trinchera a punto de ser bombardeados.
Libro muy interesanteUn saludo!Hermida Editores