El puente de Alcalá del Júcar

Por Labodeguilla Felipe Carrión Gómez @bodeguillarural

El puente de Alcalá del Júcar, al contrario de lo que cree la conciencia popular, no es de construcción romana. Ignoramos el número de puentes romanos que hubo en España, y aunque no lo son todos los que por antiguos se vienen llamando “romanos”, desde luego su cantidad de­bió de aproximarse a la existente a fines del siglo XIX.

El puente romano de Alcalá del Júcar

Como normas muy elementales para desechar un puente como romano pueden adoptar­se, según A. Blanco Freijeiro, aquellos en que la calzada mide menos de 5 ó 6 mts. de ancho, o en que la calzada sube y baja formando un badén en su recorrido por el puente, en otros térmi­nos, lo que se llama un puente de lomo de asno (los puentes romanos deben tener calzada hori­zontal o muy poco alomada). Como vemos, nuestro puente reúne los dos requisitos. No obstante, buena muestra de lo difícil que resulta adscribir un puente a época romana es que, muchos espe­cialistas, no están de acuerdo con este autor. Existen, además, cantidad de ejemplos más modes­tos y es en ellos donde a veces se plantea el problema de su identidad romana, por cuanto la téc­nica constructiva se mantuvo sin variaciones hasta el siglo XVIII. Incluso puentes que hoy en día se dan por romanos, deberían ser puestos en entredicho.

La mención más antigua sobre un puente en nuestro pueblo que hemos podido hallar es la que aparece en las Relaciones Topográficas, al decirse que “tiene esta Villa en el dicho rrio un puente decaí y canto de gincoarcadas muy rrica y bien edificada y es la mejor puente que tiene el dicho rrio de Xucar aunque desde el siglo XIV hay menciones indicando que se en­contraba en este paso una de las aduanas que servían como frontera con el reino de Aragón.

En cuanto a nuestro puente, este es de sillería y consta de cuatro ojos, bajo los cuales corren raudas las aguas del río. Su longitud no es muy grande, ni siquiera importante; la gran luz de sus arcos provoca problemas que sus constructores resolvieron recu­rriendo a arcos levemente elípticos, que amplían su alcance horizontal sin requerir más altura. Pero el mayor problema, y que no pudieron resolver, fue el de la rigidez física de su estructura. La piedra no admite apenas flexibilidad y ello obliga a que los arcos sean sólidos, indeformables y no excesivamente abiertos para poder resistir cualquier peso. Por eso, el puente de Alcalá del Júcar es macizo de estructura.

En la mitad del puente, se hallaba la llamada “Cruz del Puente”, realizada en piedra y derribada durante la última contienda; tras la confrontación bélica se construyó algo parecido a una flecha, llamada “Cruz de la Victoria” y construida para conmemorar el triunfó franquista en la Guerra Civil. Bajo esta cruz, hay situada una lápida que nos fecha la construcción de esta pa­sarela en el año 1771; en esta losa todavía subsiste una inscripción en cuyas cinco líneas se de­clara:

ESTE PASO ES DE

EL AÑO DE 1771 A 27 DE MARZO QUE SE REMA­TO

EL PUENTE

Una de las primeras menciones que ha llegado a nuestras manos referente al puente ac­tual, data de 1786, al decirse que la villa “„.tiene sobre dicho Rio un puente famoso de piedra de sillería con seis ojos, quatro de ellos para su desguazadero y dos pequeños para repartir las aguas para el eredamiento por ambos lados y paradas de molinos que riegan hasta el termino de Ves, y para ello se toman las aguas de una presa..”; esta presa estaba fabricada “…con tal figura y de unas 300 varas de longitud con dos caídas o ramales de modo que quantos peritos la an visto les causa admiración”.

Ni que decir tiene que el puente actual tampoco se ha mantenido incólume des­de el año 1771 ya que ha sufrido varias inundaciones desde entonces. Un ejemplo de ello lo te­nemos en la riada ocurrida él 26 de agosto de 1782, como consecuencia dé la cual se derrumbó el ojo del puente que daba al Este, siendo reparado por don Felipe Motilla que, aunque era natural de Jorquera, residía en Alborea. Debido a estas y otras inundaciones que ha sufrido el pueblo, el puente actual ha tenido que ser reconstruido en varias ocasiones. También hay constancia de otras reparaciones tras la riada de 1941, la de 1982 o la que sufrió en 1992. Al igual que en otros monumentos, la escuela-taller de cantería ha realizado diversas obras en él.

Pese a estas reconstrucciones, siempre tuvo fama de ser el mejor sobre el Júcar; buen ejemplo de ello es que, a la referencia ya señalada con anterioridad de las Relaciones Topográfi­cas, en el informe que Felipe Motilla hace con motivo del hundimiento de parte del peñón,  por lo que es puente seguro, y al no haber otro en este Rio en muchas leguas, pues los que hay a taparte de arriba y la de abajo son pontones y por consiguiente de muy poca consistencia, que a poca avenida o subida del río marcha con ellos, y es mi decir puente seguro porque llegan lances que se ven precisados los habitantes a buscar éste, que es el que parte para muchas partes del reyno de Murcia, Origüela y Alicante y parte del de Valencia..”. Madoz, en el siglo XIX, vuel­ve a redundar en la idea al decir que: “Pasado el río por un puente de sillería de tres ojos, sólido y quizás el mejor que cruzan sus aguas…”.

Textos del libro Alcalá del Júcar de José Luis Valiente Pelayo

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