Fotografía de Dimitri Destugues
El Puente de Alejandro III, o Pont de Alexandre III, destaca por los numerosos adjetivos que lo definen, pero uno de los que más justicia le hace es el de espectacular. Para muchos es el puente más bonito de París, en cambio otros dirían que es puente muy ostentoso pero sin duda alguna tiene el título de ser el puente más largo de la ciudad.
Es uno de los lugares de visita obligada para el visitante, cosa bastante fácil por su ubicación cerca de otras atracciones de la ciudad. El puente une la explanada de Les Invalides con los dos palacios que se encuentran en la otra orilla del Sena el Gran Palais i el Petit Palais.
El Zar Nicolás II fue el encargado de poner la primera piedra en 1896, acto que simbolizaba la alianza entre Francia y Rusia a finales del siglo XIX. La construcción del puente se inició finalmente en el año 1897 por los arquitectos Joseph Marie Cassien-Bernard y Gaston Cousin. Ignaugurado en 1900, coincidiendo con la Exposición Universal, cuenta con la singularidad de ser una de las primeras obras prefabricadas del mundo. Finalmente en 1975 es declarado Monumento Histórico.