Steven Spielberg nos dejó boquiabiertos y ojipláticos con dos momentos históricos espeluznantes de la Segunda Guerra Mundial: La lista de Schindler y Salvar al soldado Ryan. Ahora, con El puente de los espías, nos traslada a los años más duros de la guerra fría, una película que es también homenaje a aquellas cintas de espías y telón de acero en blanco y negro, aunque el tono es completamente diferente. Una película con un ritmo trepidante en la que constantemente ocurren cosas.
Y es que en El puente de los espías hay una buena dosis de crítica a los Estados Unidos, capital del capitalismo, que también está repleta de muros insalvables para los más desfavorecidos como metafóricamente vemos en uno de los últimos planos.
En los días en que se desarrolla la acción, Estados Unidos vivía en psicosis permanente. Eran los días en que los más pequeños iban al colegio con máscaras por si había algún bombardeo nuclear proveniente de la URSS o en que algunos arquitectos se forraron haciendo casas con refugios antinucleares. En ese clima es en el que Donovan, un abogado especialista en seguros, recibe el encargo de defender a un espía ruso. Eso sí, la defensa que debe hacer es, digamos, de andar por casa…
El problema es que el abogado se toma la cosa en serio y termina en Berlín Este siendo el negociador protagonista de un intercambio de espías… Claro, el guión de los hermanos Cohen reflejan la historia e intrahistoria de este personaje, su padecer personal y familiar por dar la cara en la defensa legal de un espía soviético.
País: Estados Unidos.
Director: Steven SpielbergGuión: Matt Charman, Ethan Coen, Joel CoenReparto: Tom Hanks, Mark Rylance, Amy Ryan, Scott Shepherd, Sebastian Koch, Billy Magnussen, Alan Alda, Jesse Plemons, Eve Hewson, Peter McRobbie, Austin Stowell, Domenick Lombardozzi, Michael Gaston