La primera impresión que podemos tener cuando nos enteramos de que en esta maxiproducción se han juntado elementos tan dispares como el tándem Steven Spielberg/Tom Hanks por un lado y el guión de los hermanos Ethan y Joel Coen por otro es la de que nos han mezclado huevos con gominolas, apreciables en cualquier caso, pero por separado. Y el caso es que la cosa funciona, que diría Woody Allen, porque el resultado es que ninguno de los egos se impone del todo para lograr un conjunto con interesantes toques de aquí y de allá.
Al dominio visual por parte del realizador hay que sumar una muy buena banda sonora a cargo de Thomas Newman y una labor interpretativa mayúscula por parte tanto de Hanks, no se esperaba menos a estas alturas, como de Mark Rylance, soberbio haciendo de espía ruso.
El toque de guión se nota en unos diálogos tridimensionales con notas corrosivas que suponen un interesante soplo de aire fresco en la visión de Steven Spielberg, que por otro lado incluye elementos que no son negociables. Junto a todo lo bueno que el mítico director aporta al cine y que hacen de esta una película del todo recomendable, Spielberg es Spielberg con sus luces y también sus sombras; así las cosas, nadie nos va a librar de protagonista bueno e incorrompible, limpio de moral y chorreante de valores (en dos palabras: Tom Hanks), epílogo innecesariamente edulcorado y peligroso paseo sobre la delgada línea roja que separa el patriotismo del patrioterismo. Esta vez se lo perdonamos todo, porque le ha salido muy bien.
Dirección: Steven Spielberg. Título original: Bridge of Spies. País: USA. Duración: 141 min. Intérpretes: Tom Hanks, Amy Ryan, Mark Rylance, Scott Shepherd, Sebastian Koch, Billy Magnussen, Alan Alda, Jesse Plemons, Eve Hewson, Peter McRobbie, Austin Stowell, Domenick Lombardozzi, Michael Gaston. Guión: Matt Charman, Ethan Coen y Joel Coen. Producción: Kristie Macosko Krieger, Marc Platt y Steven Spielberg. Música: Thomas Newman. Fotografía: Janusz Kaminski. Estreno en España: 4 Diciembre 2015.