Un joven matrimonio se instala en su nuevo hogar, una bucólica casa refugiada a las afueras del pueblo. Él se empeña en abrirse camino como ilustrador, y ella es una consolidada escritora. Juntos quieren empezar una nueva vida lejos de la ciudad, del ruido, de la contaminación. Y todo transcurre como es debido hasta que una anciana de aspecto enfermizo les pide entrar en su casa.
Novela fresca la de Luis Guallar, una historia vampírica que transmite terror y que, sin alardes ni complicaciones de ningún tipo, logra enganchar al lector de forma satisfactoria. Se me antoja que ciertos elementos (el entorno, las profesiones del marido y la mujer, los vecinos, las mascotas,...) han sido sacados de la vida real del autor o, al menos, han servido como fuente de inspiración, algo que me parece perfecto si es bien llevado a puerto. Aunque tengo que reconocer que la novela está cargada de varios tópicos literarios y cinematográficos, de elementos nada nuevos y de una estructura novelista convencional, sí es cierto que estos pequeños defectos (o virtudes a pulir, según se mire) no enturbian la dulce sensación que deja la novela en su última página.
El ritmo es bueno, acelerado en ocasiones, siempre constante. La sencillez y limpieza de las escenas permite que el lector no se entretenga en ningún momento, y se dedique a contemplar el peligro y las amenazas con las que deben los protagonistas lidiar. Esto no resulta necesariamente un factor negativo siempre y cuando la suma de todos los elementos que forman una novela queden en un adecuado equilibrio (esto es: ambientación, personajes, originalidad, formalidad, ritmo,...) Y en El puente del diablo sucede precisamente esto. Se agradece, además, semejante sencillez para alguien que tiene una lista enorme de libros pendientes por leer.
Lo mejor es la ambientación, un pilar básico en toda novela de terror que se precie. Si a la sencillez y originalidad de la novela, que muchos pueden señalar como defectos, se le suma el ambiente claustrofóbico, gris, amenazador que desprende en cada una de sus líneas el resultado es bastante destacable. Sin duda, su punto fuerte, la mejor virtud de la historia y lo que da sentido a todo el libro.
Así que, más que recomendar esta novela (una muy buena lectura de entretenimiento), os invito a seguir las pericias de este muchacho que puede dar mucho que hablar.