El pulpo Paul nos dio por vencedores y no se equivocaba. A este cefalópodo le gusta estar al lado de los ganadores y rara vez se falla con su elección, y la final de este Mundial de Sudáfrica no ha sido la excepción.
El pulpo ha estado muy cerca de sustituir al toro como símbolo nacional, y no es para menos, hasta en el Congreso se han hecho eco de las maravillosas dotes adivinatorias del ya conocido como 'el oráculo de Oberhausen'. Tras su pronóstico para la seminifinal contra Alemania, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, afirmó que al pulpo había que "traérselo a España y declararlo héroe nacional". Más lejos llegó la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, que anunció que pediría en el Consejo de Ministros de la Unión Europea que se activase la veda del pulpo Paul, "para protegerlo" y que siguiera apoyando los intereses de España.
Tal ha sido el efecto del pulpo Paul que no han tardado en salirle imitadores, y es que, desde Alemania, este animal acuático, nos trajo el sueño de ganar un Mundial, un sueño que ayer se hizo realidad.