Sin embargo, no es común que exista la cultura del ahorro. De hecho, son pocos los padres y las madres que desde pequeños les enseñan a sus hijos e hijas la importancia de ahorrar y cómo esto puede repercutir de manera positiva en su futuro, a corto, mediano y largo plazo.
En ese tenor, nos interesa tratar cuáles son las características y enfoque que debe tener quien ahorra. De manera que puedan ser aplicar a la gestión financiera personal y así obtener un mejor desempeño en el tema de los ahorros personales.
Lo primero que hay que establecer es que ahorra quien tiene el deseo de hacerlo. Se pudiera asumir que ahorrar es un lujo o una acción exclusiva de quienes tienen ingresos de dinero altos. Esta es una idea errónea; porque el ahorro no depende de que la persona genere mucho o poco ingreso, sino del manejo efectivo de sus recursos propios y la intención marcada de crear fondos y provisiones para solventar los diferentes compromisos y planes futuros.
Es por esta razón que el enfoque primario de quien ahorra debe ser es el deseo de crear espacios de solvencia económica; a los cuales pueda recurrir para materializar sus planes y metas financieras. De hecho, si la persona centra sus esfuerzos en crearlos entonces, independientemente del monto disponible, ejecutará la acción de ahorrar.
Tomando esto en consideración, es prudente desmitificar el ahorro en términos de montos, ya que las personas asumen que ahorrar poco no es ahorrar, o si por alguna razón la meta de un mes no se logró, entonces no se hace; lo cual no es una decisión sabia.
Cuando se interioriza que lo relevante de crear estos fondos de contingencia, entonces el monto como tal pasa un segundo plano, porque el enfoque primario es la cultura del ahorro, y la importancia de ahorrar.
Tomando lo anterior como base, existen algunas características comunes a quienes ahorran, las cuales le hacen, en cierta medida, un modelo para lograr instaurar la cultura del ahorro en la persona. Y las queremos ofrecer con el objetivo de sirvan como punto de acopio para dar inicio al proceso de forjar fondos de contingencia.
Característica No. 1: El valor del dinero.
La primera característica que define a quien ahorra es que interioriza el valor del dinero. Esto es que está al tanto de que es un recurso limitado que requiere de un uso adecuado. Por lo tanto, ahorrar se convierte parte de la estrategia que solventa el uso correcto de los recursos económicos. En otras palabras, el dinero toma valor cuando se usa con propósito y de manera inteligente.
No obstante, esta característica no debe confundirse con ser tacaño(a). Ya que este tipo de personas no son estratégicas, sino que son conductas inadecuadas.
Darle valor al dinero es darse cuenta de que el dinero no es algo gratis que cae del cielo o que crece en los árboles, y que es fácil de perder si no se toman decisiones asertivas. Es por esto que la muestra más contundente de que se valora el dinero es cuando se ahorra. Porque significa que la persona está consumiendo menos de lo que está ingresando y este margen genera entonces el ahorro.
Característica No. 2: Establecimiento de objetivos
Ahorrar sin sentido es financiar la propia pobreza, porque no se sabe para cuándo o para qué se está haciendo. En ese sentido, el objetivo es determinante para la gestión financiera en general. Ya que este define de manera clara y precisa la razón de ser del ahorro, y al mismo tiempo sirve como motivador y punto de referencia para evaluar el desempeño financiero.
Característica No. 3: Disciplina
La disciplina es vital para quien ahorra; porque permite lograr la consistencia a través del tiempo. Ya que es común que se inicie el proceso pero luego de un tiempo, se puede generar un desgaste que hace que se pierda la motivación de continuar. En ese sentido, lo prudente es enfocarse en la importancia del ahorro y que esto logrará un objetivo.
Característica No. 4: Prudencia
La cuarta y última característica común a quien tiene la culturo del ahorro tiene que ver con la manera en que se toman decisiones financieras.
Por lo general quien ahorra es prudente. No tomando decisiones apresuradas ni sobre la base de emociones pasajeras. Utilizando la racionalidad ante todo y sobre la base de que el recurso dinero es limitado, por lo tanto, cada decisión cuenta y afecta de manera directa toda la estructura financiera personal.
Pero al mismo tiempo reconoce que la inamovilidad no produce beneficios, por lo que está en la búsqueda constante de opciones que puedan materializar aquello que ha visionado; partiendo de fundamentos firmes que le sirvan como escalones de éxito en el manejo financiero.
Sin duda alguna el que ahorra es el que tiene, a razón de que ha llegado a la conclusión del valor del dinero, la importancia de los objetivos, la disciplina y la prudencia. Aplicando las estrategias necesarias para crear excedentes dentro de toda la gestión financiera personal.
Por lo que si esta entrada sobre el enfoque y las características de quien ahorra, le ha sido de utilidad le invitamos a que la comparta y comente. Sus aportes y opiniones son de gran importancia para esta comunidad y enriquecen el debate. Y si le interesa profundizar en el tema del ahorro, le sugerimos adquirir el libro Invertir tus ahorros y multiplicar tu dinero para dummies, escrito por Angel Faustino haciendo clic en la imagen más abajo.