La Orden de San Francisco, como otras Órdenes en el siglo XV, necesitaba de una reforma y actualización. La peste se había cebado con muchos conventos y la disciplina religiosa había mermado en aras de la supervivencia. Entonces Amadeo se trasladó a Milán, donde fundó un convento franciscano en su primitivo fervor, pobreza y sencillez. Serían llamados los "amadeos", es evidente por qué. Sixto IV aprobó las normas de vida, y además, conociendo personalmente a Amadeo, quiso que fuera su confesor, pues admiraba muchísimo su santidad y ciencia. También lo tuvieron de confesor o consejero los reyes Fernando de Aragón y Luis XI de Francia, por lo que su vida transcurrió entre estos dos países, además de Italia y Portugal, predicando, exhortando y moviendo a muchos a conversión por su palabra y ejemplo. Además, fue escritor místico y teológico.
En 1480 regresó a Milán, a su amado convento primitivo, donde falleció santamente el 10 de agosto de 1482. Fue sepultado en la iglesia conventual, donde pronto comenzó su veneración. Es tradición que una fuente que hay en el convento fue bendecida por el Beato Amadeo, y de ella usan el agua los enfermos de fiebres. Su rama franciscana fue absorbida finalmente por los Frailes Menores en 1568, dejando de existir como frailes independientes, por obra de la reforma de San Pío V (30 de abril).
Fuente:
-"Diccionario de los Santos". JOHN J. DELANEY. 2005.
A 10 de agosto además se celebra a
San Erick de Dinamarca, "el peniques", rey.
Santa Plectrude de Colonia, reina.