Ascendiendo por Carlos Arniches encontramos a nuestro paso más ropa, puestos llenos de vestimentas usadas y relacionadas íntimamente con camisas, pantalones, chaquetas, todo revuelto, formando una compota “vestuaria” sobre mesas enormes.
También es éste un buen lugar para salir en pos de las típicas tiendas de antigüedades, muebles, legados perdidos de familias ancestrales, que han dejado en el Rastro la huella huérfana de otros tiempos, ya arcanos.Es el momento de virar hacia cualquiera de las calles aledañas y sumergirse en ese intervalo de la historia de ayer: usos diferentes, costumbres, otras tendencias, cultura, estilos, moda…Mejunjes gregarios de “trapos” vestidos de “chollos y gangas”, a precios irrisorios, en muchas ocasiones, casi en perfecto estado o, de hecho, en muchas ocasiones, en perfecto estado. Este es un mercadillo de oportunidades, de buscar tesoros ocultos…
La cosa se torna entre caótica y apelmazada en la multitudinaria Plaza del General Vara de Rey. Ropa, complementos, zapatos, por doquier, como un maná que en vez de repartir alimentos repartiera ropajes, atavíos y menaje del hogar.
Desayunos fantásticos, buen servicio. Mucha clientela. Atienden rápido y con amabilidad.
Los desayunos son fantásticos aquí también. Buenas raciones de churros y porras. Siempre lleno de gente.
MUY CERCA YA DE LA PLAZA MAYOR. REFERENTE DE LA ZONA. TODO EL MUNDO HA PARADO AQUÍ ALGUNA VEZ PARA COMPRAR CARAMELOS O HACER FOTOS DEL IMPRESIONANTE Y MARAVILLOSO ESCAPARATE.