Yo esta mañana, aprovechando que tenía hechas unas cuantas fotos de mi querido Rastro, me disponía a escribir algo que las acompañara. Te lo prometo, de verdad. Pensaba colocarme delante de estas mismas teclas e intentar describir lo que siento por ese lugar tan lleno de todo, tan repleto de vida, tan de mi Madrid. Pero es domingo, y ya que yo no me fui ayer de farra debieron irse mis ideas, porque las veo pelín lentas y dormidas, y no terminan de ayudarme demasiado. Y le tengo yo demasiado respeto a ese lugar para dedicarle palabras que mi corazón, mis ojos y mi mente no aprueben por completo. Asi que simplemente os dejo con las fotos que he ido haciendo a ese pequeño continente de sueños que es El Rastro de Madrid, esperando que algún otro día mis palabras tengan a bien dejar de beber tanto y trabajar en domingo, que ya no te puedes fiar ni de tus letras, cojones.