El Ratoncito Pérez, mantenemos la tradición

Por Esther Esther Béjar @mpicalacuriosid

Hay algo que nos une a todos los padres con nuestros niños: son todas esas tradiciones infantiles que les enseñamos y ahora viven en ellos. Esas fantasías y cuentos están ahí para celebrar algún día en especial o para alegrarlos en un momento de tristeza. Tal es el caso del Ratoncito Pérez. Hoy contaremos donde nació y cómo mantener la tradición de El ratoncito Pérez.


Para preparar la llegada del Ratoncito Pérez, permitidme que os recomiende:

Kit de puerta mágica: incluye puerta de madera pintada a mano, pomo, banderines a juego, diario para anotar las caídas y 20 recibos oficiales (uno para cada diente de leche). Las puertas están preparadas para pegarse a la pared, una vez pegadas, no pueden abrirse, ¡sólo lo puede hacer el Ratón Pérez usando su magia!.

Puerta en varios colores. El pack incluye puerta pintada a mano con adhesivo trasero, felpudo, escalera y Ratoncito Pérez de madera. La puerta está fabricada de madera, en un tamaño de 17 x 12 cms. y es perfecta para colocar encima de cualquier pared o puerta. Viene con un adhesivo incorporado en la parte trasera para su fácil colocación. Como el Ratoncito Pérez visita muchas casas, la puerta está disponible en una gama de colores muy amplia para que no se pierda: azules, rosas, rojos, etc.

Caja de dientes. Caja de madera para almacenar los dientes como recuerdo.


Más que una historia popular o un cuento, se ha convertido en una costumbre extendida por todos los países hispanohablantes de América y otros lugares del mundo. El ratoncito Pérez cumple la misma labor que el Hada de los dientes en Estados Unidos y el Reino Unido.

La función de su historia es evitar un posible trauma o temor de los niños al perder sus primeros dientes. Es en ese momento cuando se preguntan: ¿por qué se me están cayendo?. El Ratoncito Pérez no solo les deja un obsequio sino que los niños saben que hay un propósito de su caída.

Sin embargo, a medida que crecen, los niños comienzan a escuchar los rumores de sus amigos y la curiosidad de ellos mismos y es cuando el ratón desaparece. No obstante, podemos fomentar la tradición si mantenemos viva su historia.

¿Cuándo nace la historia de El Ratoncito Pérez?

Fue a finales del siglo XIX cuando se creó el cuento que hizo que los niños comenzaran a colocar bajo sus almohadas los pequeños dientes. Su creador, el Padre Luis Coloma, fue un famoso escritor y periodista español que dio vida a muchos cuentos infantiles.

Para ese tiempo, el rey Alfonso XIII solo tenía 8 años y se enfrentaba a la difícil situación de perder su primer diente de leche. Es por esa razón que a Luis Coloma se le pidió que escribiera un cuento con el mismo fin que ahora tiene, evitar el miedo de la pérdida.

Sin embargo, algunas referencias literarias que datan de unos años atrás también lo nombran. Esto hace suponer que ya se decía algo de él. Pero aunque así fuera, Luis Coloma le dio un tono más divertido y un mensaje de hermandad, no solo para el rey sino para todos los niños del mundo.

¿Cómo mantener viva la tradición del cuento de El Ratoncito Pérez?

Entre los 5 y los 7 años, los niños pierden su primer diente de leche y es una edad donde aún son muy inocentes para explicarles por qué sucede. Sin embargo, la historia del Ratón Pérez es perfecta para cubrir ese espacio de inocencia donde necesitan algo que los tranquilice.

Por ello, es recomendable que desde antes de esa edad ya conozcan al menos un poco de qué se trata su historia. Con los siguientes consejos, la tradición nunca se perderá en nuestra familia:

  • Contad la historia original: aunque todos conocemos alguna versión de la historia es posible que no la hayamos escuchado completa. Con el libro El Ratoncito Pérez de Luis Coloma conocemos la historia tal cual como se la contaron una vez al pequeño rey. Además, el libro incluye ilustraciones divertidas que entretendrán a nuestro hijo.
  • Contad vuestra propia historia: para que nuestro hijo no sienta desconfianza o se asombre aún más, podemos hablarle de nuestra experiencia de niño. Podemos comenzar contando cómo nuestros padres relataban la historia y si tenían una versión en especial que recordemos. Nuestro hijo esperará con ansias aquello que le promete no solo el cuento sino nosotros también.
  • Podemos pedir a otros adultos que lo fomenten: es natural emocionarse por la pérdida del diente de un niño así que a sus tíos y abuelos les divertirá alentar la historia del Ratón.
  • Regalad algo más que dinero: los más pequeños se sienten felices con una moneda, pero no más que con un dulce o un pequeño juguete. Trataremos de hacer muy especial la caída del primer diente y así, jamás borrarán esa imagen de su cabeza.
  • Haced que escriban una carta: al igual que el Rey Buby I del cuento original, nuestro hijo puede saludar al Ratoncito Pérez y pedirle algún detalle a cambio de su diente. De igual manera, podemos responderle y darle las gracias por ese diente tan sano y entregarle el pequeño regalo que él desea. Una forma sencilla y divertida de mantener la tradición viva.
  • Ponemos los dientes en una cajita personalizada: otro consejo divertido es regalarle una cajita de madera donde meter su diente. La Caja de madera del ratoncito Pérez se personaliza con su nombre grabado. Incluye un lugar para dejar su regalo.
  • Los dulces siempre son los favoritos: chocolates, caramelos, chupetas y todo tipo de golosinas que podemos meter bajo su almohada son perfectos, siempre en pequeñas cantidades.

¿Qué hacer cuando sabe que nosotros somos el ratón?

Algo que necesitamos saber es que El Ratoncito Pérez no dura para siempre en la vida de nuestros niños, pero no es nada malo. A partir de los 10 años se hace muy difícil mantener la tradición del diente bajo la almohada ya que nuestro hijo comienza a cuestionarse todo.

Él piensa que un ratón no podría hacer ese trabajo y por consiguiente alguien hace esa tarea por él. Es una de las maneras en que nuestros hijos nos descubren, pero también es común que lo hagan por sus amigos del colegio.

No falta el niño que lo descubrió primero y se lo cuenta a los demás por lo que nuestro hijo de seguro nos hará esa pregunta: ¿El ratoncito Pérez no existe?, ¿eres tú quién deja la moneda?. Aquí tenemos unos pequeños consejos para ese momento:

  • Contad la verdad: aún cuando nuestro hijo tenga dudas y podamos convencerlo que no es así es hora de terminar con la tradición y hablar con nuestro hijo. Recordad que el cuento se creó porque es muy difícil explicarle a los niños pequeños la razón de la caída de los dientes.
  • Sentaos con él y explicadle nuestras razones: aseguradle que nuestra intención nunca fue mala ni quisimos engañarlo, es una tradición familiar.
  • Dadle un último regalo: nuestro hijo se encuentra en la etapa de descubrir la realidad de sus mitos infantiles y algunos psicólogos la consideran un paso importante.

Una de las tradiciones más lindas que vale la pena mantener es la del Ratoncito Pérez. Desde el siglo XIX, ha pasado de generación en generación, alegrando uno de los momentos más importantes de la vida de los niños.

Recordad leer a vuestro hijo la historia del Ratoncito antes de dormir para emocionarlo aún más. Os recomiendo otras versiones divertidas como La Fantástica Historia Del Ratoncito PérezEl libro secreto del ratoncito Pérez. Os aseguro que vuestro hijo se emocionará cada vez que se le afloje un dientecito.

Buen día a tod@s!!