El conjunto blanco, más ambicioso, acabó con la impecable racha del líder de Primera, que acumulaba 23 partidos seguidos sin perder. Desde el 19 de octubre del pasado año, contra el Espanyol.
Los de Ancelotti se sacaron de paso la espina ante un rival con el que había caído en los dos partidos recientes en los que se había enfrentado. En la final de Copa y el de Liga del presente curso.
Y es que la ambición local pudo con un adversario que no pudo reaccionar a los contratiempos. Que echa en falta en exceso el aire que le proporciona Filipe Luis por la izquierda.
El Real Madrid volvió a prescindir de Gareth Bale, que se quedó al margen de la convocatoria de un partido que arrancó con los papeles definidos. Encontró el equipo de Carlo Ancelotti dificultades para elaborar con soltura ante un rival ordenado, con Diego Ribas, la flamante adquisición invernal, como titular por primera vez en esta nueva etapa.
Conoce el brasileño en qué consisten los manejos de su técnico, que apostó también por Raúl García de inicio. El orden, la presión y la concentración rojiblancas espesaron también al Madrid en ataque. Un centro de Luka Modric rematado de cabeza por Karim Benzema que sacó Gabi cuando enfilaba portería y un remate del turco Arda Turán que frenó Iker Casillas fueron las únicas acciones que se escaparon al orden.
Fue, de hecho, una acción sin aparente peligro, una subida sin excesiva convicción de Pepe el que resultó una solución. Di María desahogó hacia el defensa que lanzó un zapatazo desde fuera del área. El balón tenía pinta de ir fuera pero en su camino se topó con el argentino Emiliano Insúa, que lo cambió de dirección, fuera del alcance del belga Thibaut Courtois y hacia la red.
Acto seguido Iker desbarató una ocasión de Miranda. Salió atento para interponerse a un centro que recibió en el área el central brasileño y evitó el empate.
El partido se situó a gusto del Real Madrid mientras la intensidad y la tensión se disparó. Pepe y Diego Costa ajustaban cuentas. El central, a la tercera, vio la amarilla antes de la media hora de encuentro.
El gran peligro blanco llegó de Jesé. El canterano se siente importante. Despojado del impacto que genera la titularidad del Real Madrid, dejó en evidencia a los zagueros atléticos. Sus compañeros no lo supieron aprovechar. Fue casi la única vía directa a Courtois que dejó entreabierta el cuadro de Simeone, que apenas inquietó más a la zaga blanca antes del descanso. Después marcó. Como en Bilbao.
Simeone inyectó oxígeno a su equipo en el intermedio. Dejó a Diego en la ducha y dio entrada al uruguayo Cristián 'Cebolla' Rodríguez. Empujó al inicio. Un córner rematado por el uruguayo Diego Godín salió por encima del larguero de Iker.Pretendió dar un paso al frente pero sin el balón en su poder. Alargó la situación de Diego Costa y Arda pero perdió fuerza en el centro del campo.Sin embargo, Modric sacó bajo palos un remate de cabeza de Godín. Iker estaba batido. Pero un nuevo rechace acentuó el castigo rojiblanco. Un disparo de Di María que desvió Miranda supuso el tercero.El Atlético, que firmó uno de sus encuentros más grises en la era Simeone, bajó los brazos. Al amparo del choque de vuelta y una noche épica en su estadio.