El Manchester City fue uno de los primeros candidatos europeos en abandonar la competición. Con apenas tres puntos en cinco partidos, el empate como local ante el Real Madrid le quitó todo tipo de ilusión matemática que le quedaba.
El baldazo de agua fría en el Etihad Stadium llegó temprano, a pesar de que Cristiano Ronaldo falló en una doble oportunidad clarísima en el comienzo del partido. Pero a los 10, Di María con un centro desde la derecha y la mirada estupefacta de Maicon quien no llegó a cerrar, asistió a Benzema quien abrió el marcador.
Con una defensa descompensada (Zabaleta como stopper) y una línea de cinco que no rendía por la velocidad de los contraataques del Real Madrid, el City sacó precio en los minutos siguientes. El Kun Agüero con su slalom corto y su habilidad ya conocida parecía ser el único capaz de dar vuelta la historia, pero Arbeloa con una marca semipersonal no lo dejaba respirar.
En el complemento los de Mancini (quien quedó en la cuerda floja) iniciaron una reacción y con algunas modificaciones, renovaron la esperanza. Primero Agüero se perdió un gol increíble tras un centro de Maicon y luego fue el mencionado Arbolea quien le cometió un penal al ex Independiente. La doble amarilla para el español y el gol desde los doce pasos a falta de diez minutos hacían presentir de una hazaña. Con Tevez en cancha y la posesión, el Manchester City empujaba ante un agazapado Ronaldo Madrid. Pero no hubo modo de evitar la eliminación. Fue demasiado tarde y el Merengue vestido de verde, hizo de su esperanza una realidad: pasaje a Octavos y chau grupo de la muerte.