Cuenta la leyenda que cuando Zeus nació, su madre Rhea dejó encargada la lactancia a una cabra llamada Amaltea para evitar que su padre Kronos se lo comiera. Jugueteando con los cuernos de la cabra, uno de ellos se rompió, por lo que Amaltea fue premiada con la eterna abundancia de riquezas que emanarían por siempre desde dentro de aquel cuerno roto. A la muerte de la cabra y en recompensa por el servicio y amor mostrado hacia Zeus, dejó grabada en el cielo la constelación de Capricornio en su honor y para el resto de los mortales, otorgó el poder al cuerno:de que todo aquel que lo poseyera sería portador de todo lo que deseara…
Otra versión remite el origen del Cuerno de la Abundancia al enfrentamiento entre Aqueloo y Herácles. Heracles, héroe y semidiós de la mitología griega, se enfrentó a Aqueloo, dios del río con el mismo nombre, por el amor de Deyanira, una hermosa damisela hija de Oineo, rey de Calidón. Durante el enfrentamiento, Aqueloo, quien tenía la capacidad de transformarse en el animal que deseara, se convirtió en serpiente y luego en toro. Heracles logró vencerlo durante esta última transformación y después de matarlo, arrancó uno de sus cuernos. Heracles luego obsequió el cuerno a las ninfas del río, quienes lo llenaron de hermosas y fragrantes flores, para llegar a manos de Copia, la Diosa de la Abundancia. Ella fue quien decidió otorgarle el nombre de cornucopia, el cual significa, literalmente, cuerno de la abundancia en latín.
Ya en la Antigüedad, tanto en Grecia como posteriormente en Roma, el cuerno empezó a asociarse con otras divinidades de características similares que lo portaban como señal de los dones que otorgaban. Entre las divinidades asociadas con el cuerno de la abundancia podemos contar a personificaciones de la tierra, como Gaia o Terra; el dios de la riqueza Plutón, hijo de Deméter (diosa de las cosechas); la ninfa Maia y Fortuna, diosa de la buena suerte. En Roma se la llegó a asociar con divinidades como el caso de la misma Abundantia (diosa de la abundancia) o Annonna, la encargada de proveer de grano a la ciudad de Roma.
El cuerno de la cabra rebosante de fruta y cereales se convirtió en una imagen muy conocida en la antigüedad acuñada en las monedas griegas y romanas.
El cuerno de la abundancia se convirtió en un símbolo de fertilidad, de abundancia espiritual y de cosecha, un símbolo perfecto para la riqueza de la cosecha de la temporada y la celebración del equinoccio de otoño. La asociación más común en el mundo actual es con la diosa Fortuna; que se representa como una diosa con los ojos vendados y con un cuerno de la abundancia que derrocha monedas de oro.
Atributos del cuerno
El cuerno tiene el sentido primitivo de eminencia, de elevación. Su simbolismo es el del poder. Los cuernos son las armas de defensa de los animales así como las espinas lo son de los vegetales. Entre los cuernos más famosos debe destacarse la cornucopia de la abundancia, símbolo romano del que salen de su interior toda clase de frutos y mieses representando la generosidad de la tierra. Una interpretación de los cuernos mucho menos agradable es la que atribuye al demonio, lo que da también lugar al maleficio de los “cuernos”, gesto que se realiza con la mano y se vincula con una maldición o la mala suerte.
Los cuernos están vinculados al sol en cuanto a su realeza y fuerza y al mismo tiempo se emparentan con la luna creciente y la menguante y son atributos de las diosas madres tanto en el cristianismo como en el arte egipcio asociadas al disco solar. Los cuernos del carnero se vinculan con la fertilidad.
Los cuernos vikingos son recipientes para beber hidromiel: según su mitología, cuando un guerrero muere, las valkirias lo llevan al salón de Odín y le dan de beber este brebaje mítico con uno de estos cuernos. En la mitología nórdica la hidromiel de la poesía es un símbolo de la sabiduría y la inspiración poética. Según la Edda Prosaica, el que la beba se convierte en un escaldo o académico.
El cuerno ‘shofar’ es un instrumento de viento de los más antiguos conocidos por el hombre, usado por los hebreos desde hace más de 3.000 años. Se fabrica vaciando el interior de los cuernos de ciertos animales, prefiriéndose los que más curvatura posean. La primera mención del shofar en la Biblia es cuando Dios se revela a su pueblo en el Monte Sinaí.
La diosa y el cuerno
La prosperidad es el estado floreciente, próspero, la buena fortuna, lo exitoso, el estatus social, la riqueza, pero también incluye otros factores como la felicidad, la salud, el bienestar, la calma, tranquilidad y la paz interior.
La hermosa diosa del éxito, la prosperidad, la abundancia y la buena fortuna, también esta considerada como una protectora de la economía, los ahorros, las inversiones y la riqueza. Su imagen es adornada con monedas y con flores que salen de su cornucopia. La diosa Abundantia aparece tanto figuras en el arte, culto, y en la literatura; pudo haber sobrevivido de alguna forma en la Galia romana y la Francia medieval.
En la mitología romana, Abundia era quien traía el dinero, la buena fortuna y proveía de cereales a las personas en sus hogares mientras dormían, dejando caer sus regalos al agitar la cornucopia que siempre llevaba consigo.
En la mitología nórdica, germana y escandinava, se la llamaba Fulla, la asistente favorita de Frigga o Frigg (diosa escandinava de la fertilidad, del amor y del cielo). Fulla, cargaba con los objetos de valor de la diosa Frigga y también actuaba como su intermediaria, realizando favores para los mortales que invocaban a la diosa en busca de ayuda, provisión y abundancia para sus cosechas.
Un versión mitológica relaciona el origen de la expresión ‘poner los cuernos’ con el hecho de que la esposa del rey Minos, Pasifae tuviera relaciones sexuales con el hermoso Toro de Creta y engendrara el Minotauro. Esto habría dado origen a que la señal de los cuernos quedara como símbolo de traición matrimonial.
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