La tecnología podría resolver cualquier problema social…
Nueve escuelas en Escocia han comenzado a recibir pagos de almuerzo de los escolares escaneando sus rostros.
El sistema acelera el largo proceso de pago y es más seguro que el uso de tarjetas y escáneres de huellas dactilares. Por supuesto, estos problemas podrían haberse resuelto haciendo que los almuerzos escolares sean gratuitos.
Pero ¿por qué invertir en comidas saludables para los niños cuando, en cambio, puede derrochar en tecnosolucionismo?
De hecho, el reconocimiento facial podría resolver prácticamente todos los problemas sociales.
Problemas de salud mental
El reconocimiento facial puede encaminarlos hacia el estoicismo. En lugar de pagar por una terapia, las cámaras equipadas con software de inteligencia artificial emocional podrían detectar cuando se sienten un poco tristes.
Un robot conectado podría entonces aconsejarles, “mantener la barbilla en alto” y colocar una mano fría y reconfortante en su hombro.
Claro, la IA de reconocimiento de emociones puede ser ridículamente inexacta, pero los beneficios superan claramente los riesgos.
Cambio climático
Algunas personas culpan la crisis climática a las empresas de combustibles fósiles y a los políticos irresponsables, pero realmente deberían señalar con el dedo a los activistas.
Sus sermones e hipocresía solo hacen daño a la causa. Definitivamente no están tratando de desacreditar a los liberales, evitar impuestos adicionales, eludir las regulaciones y proteger la industria de los combustibles fósiles.
El reconocimiento facial puede ayudarlos a perseguir su noble causa. Los activistas indeseables podrían ser identificados y reemplazarlos por candidatos más adecuados, como el CEO de Chevron o Jair Bolansero.
Pobreza
Los políticos han probado innumerables métodos para acabar con la pobreza, desde la construcción de estados de bienestar hasta el derrocamiento de gobiernos. Pero ¿han probado el reconocimiento facial?
La tecnología puede abordar el problema desde sus raíces. Las cámaras de IA escanearían las calles e identificarían a los niños pobres con los ojos hundidos y las mejillas hundidas.
Luego, los niños, serían trasladados a instalaciones gubernamentales para una rehabilitación rigurosa.
Un mejor futuro
Estas implementaciones deberían ser solo el comienzo. La pandemia, la guerra y la desigualdad también podrían acabar con el reconocimiento facial. Solo necesitamos usar nuestra imaginación.
La buena noticia es que las generaciones futuras estarán más abiertas a las posibilidades. Si el reconocimiento facial se normaliza para algo tan mundano como comprar el almuerzo escolar, los niños afortunados seguramente abrazarán su uso para innumerables otras tareas.
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