Imagina que te encuentras caminando por la calle o en medio de una plaza pública ¿debería una empresa ser capaz de reconocer tu rostro y por ende tu identidad sin tu permiso?
Y es que la tecnología no es buena ni mala, todo depende de la mano que la aplica.
Apenas ayer tuviste acceso al post Facebook desarrolla tecnología que te muestra en las fotos aunque no muestres tu cara en donde puedes conocer más información sobre el nuevo algoritmo de la red social que sería capaz de reconocerte usando otras características de tu cuerpo como el cabello, tipo de cuerpo e incluso poses.
Esta acción reaviva un debate que comenzó hace algunos años en lo que respecta a la privacidad de las personas.
Hace un tiempo el FBI lanzó un proyecto propio de reconocimiento facial (Next Generation Identification) que costó alrededor de 1 billón de dólares. En Diciembre de 2013 una agencia gubernamental de los Estados Unidos intentó desarrollar un código de conducta para el uso de esta tecnología mismo que se ha descontinuado debido a las protestas de varios defensores de la privacidad.
Según Alvaro Bedoya, Director del Centro de Privacidad y Tecnología en la Universidad de Georgetown afirma que la acción anterior se debió a la inflexibilidad de varias empresas de la industria al tratar de apegarse a dicho código.
La falta de consenso está dirigiendo a la tecnología de reconocimiento facial hacia un terreno gris.
Face First es una empresa con base en California, Estados Unidos que está dando a conocer un sistema dirigido a minoristas que promete:
“Aumentar las ventas mediante la identificación de clientes de “alto valor” cada vez que compran, y enviar alertas cada vez que “personas problemáticas” entren en cualquiera de sus establecimientos”.
Bedoya lo ejemplifica:
“Imagina que entras en un lote de autos y el vendedor sabe quién eres y cuánto ganas. Ese no es un mundo en el que me gustaría vivir”.
Churchix es otra compañía que ha entrado al juego, ofreciendo un sistema de reconocimiento facial dirigido a iglesias. Una vez que los rostros de los miembros de una iglesia se han cargado en su base de datos, el sistema rastrea su asistencia de manera automática. También afirma ser capaz de obtener los datos demográficos de toda la congregación incluyendo género y edad.
En estos casos deberían ser las propias empresas de tecnología las que se encarguen de fijar sus propias políticas para el uso del reconocimiento facial.
Microsoft es conocida por tener una de las mejores políticas al respecto ya que requiere el consentimiento expreso de los usuarios. En su caso, la información nunca abandona el dispositivo que la almacena, por ejemplo un Xbox.
Pero esta práctica está lejos de convertirse en un estándar.
Sin embargo hay lugares que se toman el tema de la privacidad muy en serio. Facebook ha sido demandado en Illinois en donde se argumenta que el sistema de reconocimiento facial de la red social viola las leyes del estado.
¿Podría ser cada estado el indicado para regular los asuntos de privacidad relativos a esta tecnología?
¿Serías capaz de sacrificar tu privacidad en pro del desarrollo tecnológico?
Una conversación que apenas comienza.
Con información de | New Scientist