Este shampoo, al igual que los de Lush y Tio Nacho, no tienen siliconas en su formulación. Sus componentes son naturales y cultivados por la misma empresa. Y, al igual que me pasó con Lush, recién al segundo lavado empecé a enamorarme de este producto. Acá tampoco hubo amor inmediato, pero si duradero: el pelo mejora día a día desde que lo uso (o al menos, los efectos negativos de Tío Nacho se revirtieron).
Es un shampoo que puede ser usado frecuentemente ya que retrasa la formación de sebo y permite espaciar lavados (tampoco la pavada). El perfume es muy pero muy agradable y deja el cabello con un aroma no muy fuerte. El pelo queda bien brillante y con movimiento
Su activo principal es la pulpa de cidra: rica en hidratos de carbono, flavonoides y vitaminas. Detoxifica y regula la producción de sebo.
Es un poco más caro que otro shampoo que puede comprarse en el supermercado, pero no tanto como los que se venden en los salones de belleza. Así que son una opción intermedia para tener en cuenta.