Según cuentan Ana Parra y Gloria Viejo en “ La Constante: mina de leyenda en Hiendelaencina” con la plata llegó la metalurgia y con ellas un estilo de vida refinado, desconocido en la Sierra. La construcción de “La Constante” en 1.845 y su explotación por “ La Bella Raquel”, trajo trabajadores cualificados (hasta 100, con sus familias) procedentes de Gran Bretaña y con un alto nivel de vida, que se instalaron dentro de la factoria.
El poblado ingles tenía forma de anfiteatro, circunvalado por el rio Bornova: en una sección la fábrica y en la otra el poblado, con calles rectas y limpias, casas blancas y jardin delantero… en contraste con la arquitectura negra de la zona. Tenía escuela para niños y niñas, hospital, casino, teatro, … costeados por de Compañía y donde residían directivos, ingenieros, químicos, carpinteros, herreros, maestros, ….
El descenso de beneficios llevó a la disolución de La Bella Raquel en 1.879. La venta de efectos, mobiliario y parte de la fábrica, se hizo por lotes, quedando una sección del poblado inutilizada. La factoria fue vendida a tres trabajadores por 10 Mpts, que se instalaron con sus familias y las de 14 trabajadores en el poblado; apenas 80 personas. Beneficiaban los minerales rebuscando en las escombreras que no tardaron en agotarse, quedando el poblado abandonado pocos años después.
De esta forma se marcharon los “creadores ” de La Constante a su tierra de origen, llevándose consigo un estilo de vida admirable y desconocido en de zona. Lamentablemente no se han conservado ninguna imagen.
Lar-ami, gerente de CR La Vereda de Puebla, entre cárcavas y olivos milenarios. Todo sobre Actualidad, Costumbres, Fiestas, Mundo Rural y Paisajes y Lugares de la Sierra Norte de Guadalajara.