Título original:
The Gift
Año:
2015
Fecha de estreno:
18 de Marzo de 2016
Duración:
108 min
País:
Estados Unidos
Director:
Joel Edgerton
Reparto:
Jason Bateman, Rebecca Hall, Joel Edgerton, Allison Tolman, Adam Lazarre-White, Busy Phillips, Beau Knapp
Distribuidora:
A Contracorriente Films
Sin duda es muy difícil que un género tan explotado en la industria hollywoodiense y maltratado en las típicas películas televisivas de domingo por la tarde aporte alguna novedad que merezca resaltar. El regalo, a pesar de que está muy lejos de convertirse en una referente del género, sí que puede quedarse con la satisfacción de que está bien planteada y por eso funciona.
Jason Bateman hace un cambio de registro que ya necesitaba junto a Rebecca Hall interpretando a un matrimonio que, tras una pequeña crisis, deciden marcharse de la ajetreada ciudad y volver a los suburbios donde se crió el marido, con el fin de recuperarse e intentar formar una familia lejos del estrés y el ritmo frenético de la gran ciudad. Mientras se instalan, un viejo conocido del protagonista, Gordo, aparece en sus vidas para quedarse, pero las falsas expectativas y el pasado juegan un papel importante en el futuro de los tres personajes. Joel Edgerton debuta como director y guionista de este thriller que, aunque esté planteado como una renovación de los elementos de la vieja escuela, le aporta frescura y actualiza unos temas más que usados en este tipo de largometrajes. A pesar de que plantee una idea y unas premisas tan simples como el encuentro de dos conocidos y que eso de a entender que ese pasado tuvo que ser lo suficientemente importante para que se haga una película sobre eso, sabe combinar perfectamente los momentos de tensión con los que decora, de manera sublime el gran trabajo de diálogo que tiene esta película, muchas veces lenta, sin que eso sea una característica mala, por la falta de acción. Edgerton además es el máximo responsable de que funcione tan bien ya que que sólo el sabe interpretar con maestría un papel que él mismo ha inventado, estremeciendo con su caracterización. Aunque sin duda la que más puede chirriar es Rebecca Hall, ya que a pesar de convertirse en el objetivo de ambos hombre, su interpretación no sobresale en ningún momento del metraje. No se puede decir lo mismo de Jason Bateman. El actor, más conocido por sus papeles de comedia y de tanto en tanto algún que otro dramático con toques de humor, se enfrenta a un personaje engañoso, mezquino a la vez que intentar demostrar lo buena persona que es. Sabe intercambiar ambas facetas de una manera tan creíble que es imposible que, en esos momentos, recuerdes que sea el protagonista de películas como Juno o Cómo acabar con tu jefe.