En mayo de 1919, Hugo Gernsback, uno de los padres de la ciencia ficción, escribió en la revista Electrical Experimenter sobre el registrador de pensamientos. Como con muchas de sus invenciones, no vivió para ver nada remotamente parecido, ni esperaba hacerlo, pues su intención era incitar la curiosidad para resolver un problema.
Este dispositivo se basaba en que los pensamientos, o sus efectos, se irradiaban desde el cerebro al exterior. De esta manera, sugería crear un detector de este tipo de ondas con el que registrar y transmitir los pensamientos. Para homogeneizar las señales, planteaba la necesidad de enseñar un alfabeto de pensamiento para hacer legible la señal al asistente, que se encargaría de traducirla. Por otra parte, para evitar que registre múltiples pensamientos simultáneos, se iniciaría y terminaría el registro de pensamientos con un botón.
Lo más interesante del artículo es que incluye las opiniones al respecto del ingeniero eléctrico y mecánico Nikola Tesla, el ingeniero Greenleaf W. Pickard y el físico Lee De Forest.
Nikola Tesla
Aunque me aferro a los ideales, mi concepción del universo es, me temo, extremadamente materialista. Como se afirma en algunos de mis artículos publicados, he satisfecho a través de la cuidadosa observación mantenida durante muchos años que somos simplemente autómatas actuando en obediencia a las influencias externas, sin poder ni iniciativa. El cerebro no es un acumulador como se sostiene comúnmente en la filosofía, y no contiene registros fonográfico o fotográfico de ningún tipo. En otras palabras, no hay conocimiento o memoria almacenada como se concibe normalmente, nuestras mentes están vacías. El cerebro simplemente tiene la cualidad de responder, convirtiéndose más y más susceptible a las impresiones que suelen repetirse, resultando así en la memoria. Hay una posibilidad, sin embargo, que indiqué hace años, en que finalmente podamos triunfar no solo en leer los pensamiento con precisión, sino reproducir fielmente toda imagen mental. Puede hacerse a través del análisis de la retina, que es elemental en transmitir impresiones a los centros nerviosos y, en mi opinión, también es capaz de servir como indicador de procesos mentales que ocurren en el interior. Evidentemente, cuando un objeto es visto, la consciencia de la forma externa puede deberse solo al hecho de que esos conos y bastones de la retina que están cubiertos por la imagen son afectados de forma diferente al resto, y es una especulación no demasiado arriesgada asumirq ue la visualización está acompañada por una acción refleja sobre la retina que puede ser detectada con instrumentos adecuados. De esta manera, recurriendo al principio implicado en las películas animadas, el curso contínuo de pensamientos puede volverse visible, registrado y reproducido a voluntad.
La posibilidad que indica se convertiría en la cámara o proyector de pensamientos que revelaría en 1933, que funcionaría captando el pensamiento en la retina y amplificándolo sobre una superficie. Como la transferencia de energía a larga distancia o el rayo mortal, sus ideas no llegarían a materializarse.
Greenleaf W. Pickard
Tu artículo debe ser uno interesante, particularmente respecto a la sugerencia del audión. El audión, sin embargo, parece tener cierta limitación de longitud de onda, por lo que a menos que las ondas registradas se sitúen en torno a 3x10 10 y 3x10 2, no son aptas para ser "recogidas".
Un rango más probable de búsqueda sería de 3x10 2 a 3x10 10 cm, es decir, hasta los rayos Gamma, o incluso una longitud de onda menor, comenzando con las ondas Hertzianas. Aquí el audión sería inútil, salvo en una segunda fase en la detección, es decir, como un amplificador para algún otro tipo de detector.
Pickard era conocido por trabajar en el campo de la telegrafía y especialmente por su detector de bigotes de gato de las primeras radios.
Lee De Forest
Aunque apenas tengo dudas de que existe algo en la naturaleza como la transferencia de pensamientos de un cerebro a otro, no soy consciente de que se hayan recogido suficientes datos para un tema tan enormemente abstruso que permita formar una opinión definida.
Lee De Forest fue el inventor del audión, una válvula electrónica de tipo triodo que servía para amplificar los receptores de audio y osciladores electrónicos.