El tema acerca del que hoy voy a escribir es uno controversial… la gente o los ama o los aborrece. ¿De qué estoy hablando? De los Cabbage Patch Kids.
Yo, los amo. Recuerdo haber ido cuando era pequeña a una casa que estaba acondicionada como una especie de guardería con cunitas y sillas de bebé; un cuarto lleno de Cabbage Patch Kids, esperando ser adoptados. Era cosa seria, había hasta una larga lista de espera.
También recuerdo haber hecho un viaje a Nueva York, en donde fuimos a una tienda a presenciar el nacimiento de una Cabbage. Sí, todo un show para ver cómo la sacaban de una col. Créanme que para los años 80´s, esto era algo impresionante.
Recuerdo haberme sentido realmente ofendida por el lanzamiento de las tarjetas de Garbage Pail Kids. No podía concebir cómo alguien pudiera hacer algo tan feo de algo tan lindo…
Me acuerdo perfecto de la Navidad en la que Santa Claus me trajo lo que había estado deseando durante años: mi primera Cabbage. Sí, con su certificado de adopción y su firma en la pompa. Recuerdo perfecto su nombre: Edna Zorayda. No me gustaba su nombre, pero qué le iba a hacer… yo estaba dispuesta a quererla fuera como fuera. Para sorpresa de mis papás ―digo, de Santa Claus― esa misma Navidad, mis padrinos también me regalaron otro Cabbage Patch. Era niño y se llamaba, Francisco Xavier. Así, de un día para otro, me convertí en la madre de dos bebitos que cuidé hasta que se descocieron.
*Como pequeño dato cultural, y saliéndome un poquito del tema, les platico que ese mismo año, el Día de los Inocentes (28 diciembre – tan sólo 3 días después de Navidad), mis papás decidieron jugarme una broma, diciendo que había llamado Santa Claus para decirme que se había equivocado y que yo tenía que devolverle mis muñecos (sí, inclusive hasta el que me habían regalado mis padrinos). Bueno, fatal la broma… me la creí completita. Lloré, lloré y lloré. Hasta la fecha me acuerdo perfecto de ese día. Lo bueno es que ahora ya sé que NO debo hacerle ese tipo de bromas a mis hijos.*
En fin.
Hace unos dos años, yo estaba buscando una muñeca para Pía y me acordé de los Cabbage. Cuando pregunté en la juguetería, me dijeron que esos muñecos ya no existían desde hacía años. Sin embargo, me acabo de enterar que los Cabbage Patch Kids ya están de regreso. Estoy feliz. Me traen tan lindos recuerdos de mi infancia…
Ahora sólo espero que a Pía le gusten porque con esta última rachita por la que está pasando, no vaya a ser que mejor prefiera las tarjetas de Garbage Pail Kids. Y si sí, ¿pues qué le voy a hacer? Así como amé a Edna Zorayda de manera incondicional, así amo a mi Pía, Comandante Clon-a, sea como sea.