Todos estos chantajes ocurrían mientras la consejera del ramo agachaba la cerviz, rogaba que no se mancillara la "Marca Asturias" y pedía sosiego al delincuente porque ellos eran los que se estaban encargando de sacrificar al enemigo.
Queridos bañistas indignados, preocupaos más de vuestros vecinos que del último bañito del verano. Al menos yo no estaría muy tranquilo si supiera que a mi lado hay varios individuos con machetes cortando cabezas de animales para lanzarlas a las piscinas y colgarlas de las señales.