El reinado de Juicio Final, a la sombra de La muerte de Superman

Portada del tomo de ECC Ediciones.

Un día llegó un terrible monstruo que sembró el terror y logró terminar con la vida del héroe más grande de todos los tiempos. En los brazos de su amada Lois Lane moría Superman, en una terrible historia en la que es imposible no dejar escapar alguna lágrima.

Ahora el villano ha vuelto para enfrentarse a sus herederos y acabar así con la familia del hombre de acero. Hoy en día no es nada raro que un personaje deje de estar vivo, se usa muchas veces de recurso dramático y no tiene mayor repercusión (precisamente por saber que antes o después harán que vuelva de entre los muertos) pero los que recordamos La muerte de Superman, que así se llamaba el cómic, sabemos que puede ser algo realmente importante y que incluso llegó a los medios. Era él, siempre victorioso, el icono más conocido de todos y finalmente alguien había podido derrotarle.

Ahora sabemos que realmente estaba pensado que pasara poco tiempo en la tumba, pero sirvió para que pudiéramos leer El reinado de los superhombres (o superhéroes, depende de la traducción), una saga en la que se presentarían a cuatro personajes que serían de gran importancia en los años venideros: Superboy, Acero, el Erradicador y el Ciborg; todos ellos luchando, en teoría, por la corona y la capa roja para terminar cada uno evolucionando mucho más allá de lo que eran en un principio (claro que hablamos de algo que pasó hace dos décadas).

El tebeo que nos ocupa ahora, El reinado de Juicio Final, recupera un poco la jugada pero con el malvado en cuatro versiones distintas, cada una con unas capacidades adquiridas que le permitirán enfrentarse mejor a cada uno de los héroes que hemos nombrado en el párrafo anterior, además de a Supergirl que si bien no termina de ser bien tratada en DC (y sufre cambios cada poco tiempo) es siempre una presencia de fondo para el último hijo de Krypton.

Pero realmente más allá de ver las peleas, sin mucho sentido por otra parte, entre unos y otros no tiene interés acercarse a estas páginas o al menos hacerlo pasados los 15 años de edad. Me explico: si yo volviera al pasado a los comienzos de mi adolescencia, en una época en que todavía los chavales leían algún cómic, seguramente me divertiría un montón y querría ver la continuación de esta historia, pero hoy en día con tanto a mis espaldas se me antoja algo tonta, previsible y más que hecha por los designios de una editorial que sigue queriendo sacar más huevos de oro de una gallina que ha pasado ya sus mejores tiempos de juventud.

La muerte de Superman.

Juicio Final fue producto de un momento muy concreto, esos años noventa en que todos se volvían duros y llevan cuero en sus uniformes, una época en que Frank Castle lo petaba en las tiendas y en que Batman fue sustituido por alguien más violento que él que además llevaba armadura. Bien se puede considerar que ver morir a Superman a manos de este villano, sacado de la manga aunque luego se le otorgó un pasado, marcó el momento final de una forma de hacer tebeos y daba el pistoletazo de salida a lo que sería la década posterior hasta que se recuperó (más o menos) el sentido común. Con todo esto el recuperarlo hoy, con más encarnaciones, y en una trama que no va a llegar realmente a ningún sitio es totalmente un error y que no hace más que demostrar, otra vez, que parece que se ha perdido el interés por crear buenas historias. Eso y que me voy haciendo mayor, las tortas y los monstruos enormes empiezan a cansar un poco.

Si queréis tener una lucha de verdad, que significó algo y realmente tuvo repercusión, entonces id a la biblioteca más cercana a leer La muerte de Superman.

Doc Pastor

Hace tiempo inicié Ruta 42 (@ruta42 en Twitter), una gaceta para la que dedico la mayor parte de mis escritos y fotografías. También colaboro actualmente con el periódico AQUÍ en Valladolid y en la revista LaRAÑA de Sevilla. Cuando no estoy por aquí es que estoy jugando con mi perrito (se llama Loki).