Tras aceptar un trabajo en Asher Falls, Carolina del Sur, lo devastado que está este pueblo le llega al corazón a Amelia, así como el lamentable estado de los dos cementerios que allí se encuentran, uno de los cuales quedó hundido bajo las aguas. La pequeña ciudad, rodeada de lagos y montañas, tiene un aura de misterio innegable y la única manera de llegar a ella es a través de un ferry. Todo esto le viene de maravilla a Amelia quien, aunque no quiera admitirlo, está huyendo de Charleston y de lo que le sucedió con el detective del que está enamorada, Devlin, un hombre acechado por sus fantasmas. Necesita volver a centrarse en su trabajo y obedecer a pies juntillas las reglas que su padre le impuso en su día para protegerse de su don: ser capaz de percibir la presencia de los espíritus.
Sin embargo, nada más poner un pie en el pueblo, se da cuenta de que hay muchos que no la quieren allí, que no quieren que restaure el cementerio, y Amelia empieza a percibir un aura de mal a su alrededor?
Ha pasado un año desde los sucesos narrados en
La restauradora, Amelia ha mantenido las distancias con Devlin, y ha intentando recuperar la "normalidad" aunque normalidad no es un concepto que tenga cabida en su vida.
La narración en
El reino comienza mientras va de camino a su nuevo trabajo, la restauración de un cementerio en un pueblo de las montañas. Un pueblo que la atrae como un imán, y que la repele con la misma fuerza. El temor y la atracción la empujan a él. Ya que es oscuro y peligroso al igual que sus habitantes y su aversión por los forasteros. Al igual que me sucedió con
La restauradora, El reino me ha durado apenas un día. Es una lectura atrapante que no puedes soltar hasta que la terminas.Entre sus páginas nos encontramos con el doble misterio por lo paranormal y por lo real, la sensualidad, la lucha ancestral del bien contra el mal...Stevens lo vuelve a hacer, te mete de lleno en la atmósfera que crea para deleitar a los sentidos, percibes los olores, pero sobre todo es tan minuciosa en el detalle que eres capaz de ver todo lo que rodea a la protagonista. Además el hecho de que esté narrado en primera persona implica más al lector en la historia de Amelia.
"Quería preguntarle por qué, de entre todos los lugares posibles, había decidido aparecer justo allí. ¿Qué quería de mí? Pero silencié las preguntas. Ya había quebrantado las normas de mi padre y había vivido en mi propia piel las terribles consecuencias, así que no estaba dispuesta a demostrarle a Freya que podía verla."
La aparición de nuevos personajes, las incógnitas que se retoman del libro anterior y las que se intuye que se resolverán en El reino consiguen que el lector sea incapaz de apartar la vista de sus páginas. Esta nueva entrega de la saga nos permite conocer mejor a Amelia y nos prepara para lo que vendrá después. Uno de los mayores aciertos de Stevens es la capacidad que tiene de conseguir que el lector se vea implicado en la historia, y si como dije anteriormente, a lo largo de la novela lo consigue a través de las detalladas descripciones, el hecho de que haya una narradora en primera persona que escribe en pasado también contribuye a ello, ya que le permite establecer cierta complicidad con el lector:
"Lo que pasó aquella noche fue, cuando menos, surrealista, pero no me di cuenta de ello hasta días más tarde."
Otro punto a destacar es el modo en que mantiene vivo el interés de sus lectores por personajes que no aparecen en la novela, al menos no físicamente, pero que Amelia/Stevens sabe mantener en el punto de mira del lector.Resumiendo
El reino es una lectura adictiva y fascinante. A la altura de
La restauradora, la primera entrega de la serie
La Reina del cementerio. El tercer título,
El profeta sale a la venta en octubre de este mismo año y a mí ya me tiene impaciente. Sin duda,
La Reina del Cementerio es una saga que hay que leer. Sí o sí.
La Restauradora