Ahora va y resulta que no somos felices ni comemos perdices, ya ves tu que cosas. Los de la OCDE han descubierto que no bajamos al “super” en traje de Faralaes ni nos pasamos el día de risotadas con los amigotes en la tasca, entre mistelas y partidas de Mus.
Se ha publicado un informe en el que se afirma que el porcentaje de los que dicen estar satisfechos
Está claro que no basta con la milagrosa recuperación esa que, de repente y antes de elecciones, nos ha proporcionado la Virgen del Rocío, encarnada en Fátima Báñez y sus trabajos temporales
Según el informe somos unos quejicas. Nos quejamos de lo que antes llamábamos medio ambiente, de la calidad del líquido ese contaminado con nitratos y pesticidas, a precios de petroleo, que sale del grifo en gran parte de España y de tener, una vez más, el peor nivel educativo tanto en adultos como en la escuela. Tres hurras por el señor Wert que nos pone en cabeza de algo.
Eso sí, siempre nos quedará aquello de “mal de muchos consuelo de tontos” y aceptar que si
Con este panorama y visto que nos gobiernan expertos amargadores de vidas que no saben
Pero bueno, no todo ha de ser malo, siempre nos queda el consuelo de una de las mayores esperanzas de vida del planeta (82 años). Así podemos disfrutar de nuestra depresión por más tiempo, visto que aquí sólo interesan cifras macroeconómicas y no una política social que nos procure verdaderamente el bienestar que nos hemos ganado a base de sufrir las privaciones del austericidio. Si hemos sufrido para llegar a “nosedónde” ahora que dicen que hemos llegado deberíamos recibir los beneficios, ¿no?. Casi que voy a interesarme por el cultivo de crisantemos…
Australia es el país más feliz del mundo, España está en el puesto veinte
España, el país de la OCDE donde más aumentaron las desigualdades con la crisis