Las semejanzas más grandes se producen en un grupo de meteoritos ígneos (llamados howarditas, eucritas y diogenitas o colectivamete HED) y Vesta. De hecho hay una fuerte evidencia de que los meteoritos HED proceden de Vesta, puesto que es el único asteroide conocido que tiene una superficie ígnea. Además cada etapa en su llegada a la Tierra se ha documentado. Las imágenes del Telescopio Espacial Hubble de Vesta revelan la presencia de una gran cuenca de impacto de 460 km de anchura, que rivaliza con el diámetro total del asteroide de tan sólo 530 km. Esta cuenca no es más que la consecuencia de un impacto que excavó una gran cantidad de corteza ígnea. Más de 3 docenas de pequeños asteroides tienen huellas espectrales que muestran que son trozos eyectados al espacio durante el impacto. Estas "astillas de Vesta" se extienden por todo el camino de las bien conocidas escotillas de resonancias escape, proporcionándoles un camino directo hacia la Tierra.
A pesar de estos éxitos para establecer conexiones entre meteoritos y asteroides, se ha encontrado una confuso inconsistencia: no existe una conexión espectral entre los meteoritos más comunes y los asteroides más comunes. Las condritas ordinarias, pedazos de roca de color claro de aglomerados de silicatos constituyen el 80% de todos los meteoritos que caen en la Tierra. Una mayoría comparable de todos los asteroides interiores del Cinturón Principal tienen características espectrales S. Podemeos afirmar que todo el piroxeno y el olivino presentes en las superficies de todos estos asteroides, pero sus huellas espectrales aparecen enmudecidas y fuertemente enrojecidas.
La mayoría de especialistas en asteroides afirman que los asteroides de clase S han sufrido algún tipo de "erosión espacial". Este término se aplica a los distintos procesos que pueden transformar las superficies de los asteroides condrito carbonáceos en asteroides de tipo espectral S. Los recientes trabajos de laboratorio sugieren que los granos minerales adquieren un revestimiento microscópico de vapor de hierro durante los impactos de micrometeoros. A un nivel más profundo de conocimiento existe la idea de que los asteroides de clase S no son sino condritas ordinarias disfrazadas que han impactado en nuestro planeta. Las abundacias de elementos medidas en 433 Eros por la sonda NEAR-Shoemaker muestran con fiabilidad que estos arquetípicos asteroides de tipo S tienen la misma composición básica que los meteoritos condritos ordinarios.
Continuará...
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Publicado en Odisea cósmica¡Suscríbete Ya!