El remordimiento silenciado

Publicado el 26 mayo 2012 por Atandocabetes


Marmolejo ha escrito durante esta semana largas páginas de su historia, esa que se cuenta de padres a hijos y en la que algunos se sentirán orgullosos de haber participado. La conmoción de una muerte inesperada sacudió la conciencia y sentimiento de todo un pueblo, del que fue un mero observador, del que fue doliente y del que menos. Entre lágrima y lágrima, un sentimiento irracional pronunciaba palabras que podrían doler a ciertas personas si las escucharan, y que sin embargo, sus conciencias las han hecho presentes las 24 horas como un martillo que intenta clavar un clavo que se resiste, ese es el dolor de un remordimiento silenciado.
Cristóbal ya no está, ya no hablará más, ya callará para siempre. Sus palabras levantaban el polvo de un camino que parecía humedecido, sus horas se perdían en pensar y hacer por Marmolejo y su partido...y ahora ha llegado el momento de dividir todo eso entre sus compañeros responsables de modo que la suma de sus acciones y palabras siga siendo Cristóbal, y de situar su pérdida donde las circunstancias la han llevado.
Como dijo Voltaire: "La casualidad no es, ni puede ser más que una causa ignorada de un efecto desconocido". Yo particularmente no creo en el azar (que ignora el pasado), ni en el destino (que se inventa un futuro), pero sí que en lo que hoy pasa fue porque lo que vivimos en el pasado crea las circunstancias para que pase. Esta semana y la pasada eran semanas duras para el Partido Socialista de Marmolejo y sus dirigentes, donde en los plenos veíamos que el escarnio judicial contra todo lo que se pusiese delante había empezado y así lo comprendieron los medios de comunicación como el Diario Jaén o el Ideal. Donde definitivamente confirmaron que la ruina de Marmolejo era inminente, y que los marmolejeños ya habían perdido su oportunidad de progresar, trabajar y vivir agusto en su pueblo...una presión que pesaba como una montaña tras haber trabajado décadas para ello.
Voltaire nos brinda la causa ignorada de un efecto desconocido, y así muchos hoy desean que se ignore y se desconozca. Quien no lo ha deseado así, "casualmente" ha visto el pleno del 14 de Mayo durante los dos días de vela, una subida repentina de visitas que tiene un porqué. Como de igual forma tiene un porqué la negación de la familia a recibir el pésame del Equipo de Gobierno, tan respetable y comprensible que no deja lugar a comentario alguno.
La hipocresía mediática es la única salida para lavar los remordimientos íntimos. Todos sabemos las palabras que hemos dicho y las acciones que hemos emprendido, y debiéramos ser consecuentes con ellas o perdir disculpas, pero no correr un tupido velo y hacer como si el pasado no existiera para condolocerse por el presente. Indignación es lo que sentí cuando leí ciertas declaraciones...
Desde que ocurrió el fallecimiento de Cristóbal muchos se empeñan en manipular la opinión pública del suceso, temiendo que políticamente les venga muy mal. Pero es difícil combatir contra un rumor que ha salido desde lo más hondo del dolor y de la indignación, y con la visión de un mártir que defendió visceralmente a Marmolejo con férreas convicciones socialistas. Espero que ahora a todo el mundo le haya pesado "verlo caer".
Sé que estas palabras podrán doler a muchas personas, y otras ni las entenderán por no sentirse aludidos, pero no podían quedarse silenciadas y menos aquí, en el único medio que les permitiría ser aireadas. El nombre de Cristóbal se ha situado en las páginas más ilustres de la historia de Marmolejo, y eso no habrá nada ni nadie que pueda cambiarlo. Su proyecto sigue, su voz se divide, y su memoria siempre estará presente.
Algunos se construían edificios para su muerte, y otros tras su muerte, han dejado decenas de edificios para su gente.