Rodolfo era un reno que vivía en el bosque apartado del resto de sus compañeros. Rodolfo había nacido con una diferencia que le hacia especial, su nariz era roja y se iluminaba en la oscuridad.
El resto de renos se reían de él, nadie quería ser su amigo, huérfano, no tenía a nadie en este mundo, pasaba los días y las noches solo, llorando.
Llego la Navidad, una más que Rodolfo pasaba solo, estaba tumbado al lado de un árbol cuando comenzó una gran tormenta, todo quedo casi a oscuras, la nieve y el fuerte viento impedía ver a unos pocos metros de distancia.Escucho revuelo, no quiso levantarse, dejabo del árbol se sentia seguro lejos de las burlas. Escuchó unos pasos que se aproximaban hacia él, se escondió detrás del árbol. Una voz le dijo que saliese, necesitaba su ayuda, nadie le había pedido nunca ayuda, pensó que era una broma, pensó en salir corriendo y buscar un escondite, pero se asomo y vio la silueta de un señor mayor, con barba blanca y vestido de rojo, era Papá Noel. Papá Noel se acercó, miraba su nariz fijamente, con curiosidad, asombradado, sonrío feliz y dijo con ternura: Eres el reno que necesito.Papá Noel cogió con suavidad a Rodolfo y le llevo con el resto de sus renos, todos lo recibieron con alegría y cariño, gracias a la luz de su nariz podían emprender el viaje que les llevaría a repartir los regalos a los niños, ninguno se quedaría sin regalo gracias a la luz de Rodolfo. Los renos que se reían de el y nunca habían querido ser sus amigos miraban incrédulos lo que estaba pasando, el reno que nadie quería por ser diferente iba a salvar la Navidad. Desde ese noche Rodolfo es el encargado de guiar el trineo de Papá Noel la noche del 24 de diciembre repartiendo felicidad y alegría a los niños buenos.Y nunca olvides, no dejes que nadie te haga sentir mal, como Rodolfo, todos tenemos nuestra nariz roja.FIN