El reproche

Por Jordanvid

Hoy quiero coger el toro por los cuernos, y hacer frente a un tema espinoso que me ronda ya hace mucho tiempo y en el que tod@s estamos involucrados y al que tod@s un momento u otro de nuestra vida utilizamos cómo recurso para justificar nuestros desengaños.

Los reproches surgen “como una respuesta a una frustración”. Una relación suele empezar con un proceso de enamoramiento que hace que se creen unas expectativas muy altas entre los miembros de la pareja.

El paso del tiempo y las dificultades propias de la convivencia hacen que aparezcan las primeras crisis  o roces y una sensación de desencanto porque no se están cumpliendo las expectativas que se habían creado, entonces surge la tentación de culpar al otro de esta situación.

Una de los motivos más usuales por los que se originan los reproches en las parejas es el hecho de no aceptar a nuestra pareja tal y como es y exigirle que sea como nosotros querríamos que fuese, a veces no aceptamos que tenga un punto de vista diferente y se lo recriminamos.

Pero también ocurre lo mismo con amigos, compañeros de trabajo, vecinos…

Algunas personas utilizan el reproche sistemático para manipular al otro, para que hagan lo que ellos digan y se comporte como ellos quieran.

A veces los reproches se producen por la existencia de un sentimiento de injusticia. Cuando consideramos que en la relación de pareja nosotros hemos sacrificado más y nuestra aportación a esa relación ha sido mayor, utilizamos el reproche para exigir a nuestra pareja una compensación, el pago de esa deuda que creemos que tiene con nosotros. No obstante, en la mayoría de las ocasiones somos poco objetivos y valoramos más lo que hacemos al respecto que lo que hace nuestra pareja.

Tenemos que huir de este recurso fácil que hemos creado y que utilizamos con demasiada facilidad, porque no nos aporta más que inseguridad, y genera una acumulación de insatisfacción, y alejamiento de nuestros seres queridos.

En el recorrido por nuestros Camino de Vida hemos de ser más justos, más sensatos y generar una escucha activa, ser conscientes de la situación del otro para así comprender que esta pasando antes de reclutar al reproche y utilizarlo como escudo y/o arma viperina..