Tras el rescate, a España le toca realizar la catarsis pendiente juzgando y castigando a los que han saqueado las cajas de ahorro, engañado y conducido al país, desde el poder, hasta el fracaso, la pobreza, el desempleo masivo y el sufrimiento. El ex presidente Zapatero, ya con una causa abierta ante la Justicia, debe ser el primero, pero detrás deberán sentarse en el banquillo sus cómplices directos y los numerosos políticos que han robado y saqueado el sistema financiero.
Si no se castiga a los culpables, España seguirá siendo un país frustrado y castrado, incapaz de regenerarse y de resurgir. Sin una gran catarsis, España no tendrá futuro , ni siquiera tras su rescate financiero.
Los españoles necesitamos saber que ha ocurrido en España para que su sistema financiero, que era uno de los mas fuertes del mundo (según Zapatero) en 2009, haya tenido que ser rescatado en emergencia tres años después. Y también tienen derecho a conocer a donde ha ido a parar la enorme masa de miles de millones de euros que ha desaparecido de las cajas de ahorro.
Gracias a la catarsis necesaria los españoles descubrirán que han sido vilmente engañados, manipulados y robados por gente indecente que estaba afincada en el poder político. Descubrirá, por ejemplo, que el rescate lo necesitaban las cajas, en la que mandaban los políticos y sindicalistas, no los bancos profesionales, que han resistido y funcionado aceptablemente durante la terrible crisis. Los culpables del drama no son, pues, los banqueros, como afirman engañosamente algunos partidos políticos y sindicatos, sino los políticos y sindicalistas que se sentaban en los consejos de las cajas arruinadas.
Descubrirán también que la bestia negra de España no es Botín, como afirman los mentirosos y manipuladores, sino los políticos que, nombrados por partidos y sindicatos, dirigieron las cajas y las llevaron al desastre. El banco de Botín, profesionalmente gestionado, triunfa en medio mundo, mientras que las cajas politizadas han tenido que ser rescatadas porque habían sido saqueadas por políticos y sindicalistas.
Tal vez quede claro, de una vez por todas, que en España solo funciona aquello que los políticos no han podido tocar, como el clima, el viento y el sol y que todo lo demás ha sido destrozado por la casta política, desde la democracia a la Justicia, desde la economía a la educación, sin olvidar los servicios, los valores y la seguridad.
El castigo de los corruptos y de los que han mentido y saqueado es el punto de partida para la regeneración y el resurgimiento. Sin justicia para los canallas, no habrá moral suficiente, ni energía para renacer.