Actor, productor, guionista y director, ganador del Óscar y el Globo de Oro, apareció desde joven en series de televisión y comerciales, pero a pesar de su tesón, su carrera ha sido muy volátil, desarrollando una desigual trayectoria. En los 90, irrumpió en películas independientes como Mallrats, una comedia que supondría el inicio de la colaboración entre Kevin Smith, y que continuaría dos años después como protagonista con Persiguiendo a Amy (Chasing Amy); para luego destacar nítidamente en Dogma junto a Matt Damon, con quien mantiene una estrecha amistad.
Inició esta década con tres éxitos de taquilla: Pearl Harbor (2001), que significó el segundo bombazo en su carrera; como el famoso agente de la CIA Jack Ryan en La Suma de Todos los Miedos (The Sum of all Fears - 2002) y trabajó para John Woo en la cinta de ciencia ficción El Pago. Pero llegaron los problemas. Tras la decepcionante adaptación del cómic DareDevil en el 2003, enfrentó el ser considerado un galán más, los críticos menospreciaban su actuación como tiesa y pesada, lo que él atribuía a su presencia en la prensa rosa.
Esa fue la cruz que tuvo que cargar desde su controversial relación con Jennifer López, ya que además de los escándalos y rumores que creaban, la química dentro y fuera de la pantalla era absurda, poniendo en riesgo su carrera tras el bodrio Gigli. Al finalizar la relación, en el 2005 se casó con Jennifer Garner, con la que había co-protagonizado DareDevil y son padres de dos niñas, encontrando el equilibrio que necesitaba.
Tras una toma de conciencia, tenemos a un Affleck nuevo, más valiente e incisivo, le ha encontrado otro aire a Hollywood con un idioma diferente detrás de cámaras ahora en Atracción Peligrosa, una cinta de suspenso que fue la sensación en el pasado Festival de Venecia sobre una banda de asalta-bancos cargada de acción, drama y romance. El hombre del mentón prominente está de regreso, ¡y de qué manera!