El reto de Luis Enrique

Publicado el 01 diciembre 2010 por Inma Zaragoza

El reto que tenía ante si esta temporada Luis Enrique era mayor que cualquier otro en su todavía corta carrera como entrenador. Podría decirse que incluso era mayor que los que se le presentaban jornada tras jornada en los exitosos años -no tan lejanos- en los que se calzaba las botas y saltaba al campo como jugador. La exigencia de la Liga Adelante la convierte en una especie de monstruo con dos cabezas para todos aquellos equipos que llegan con la ‘L’ de novatos a la segunda división del fútbol español. Los veteranos ya saben de su dureza y conforman plantilla y estilo de juego basándose en su experiencia en la categoría. Pero si hay una regla sagrada en Can Barça esa es la de continuar con los jóvenes la idea que un día introdujeron en el club gente como Cruyff y Charly Rexach, deudores a su vez del gran Rinus Michels, y que tantos éxitos está aportando al primer equipo. Filosofía, señal de indentidad… Llámenlo como quieran.

Ese reto de Luis Enrique, el de aplicar el ‘juego Barça’ en un división como la Liga Adelante siendo novatos en la misma, presentaba una dificultad añadida esta temporada. Algunos jugadores básicos en el ascenso a segunda, como Thiago, Fontàs, Romeu, Bartra o Nolito, tendrían muchas oportunidades no solo de entrenar, sino de ser convocados por Pep Guardiola para disputar partidos oficiales con el primer equipo. Bien como premio a su trabajo, como modo de ‘rodarlos’ para que vayan adquiriendo experiencia al máximo nivel o, simplemente, porque la primera plantilla no es todo lo amplia que el de Santpedor quisiera, lo cierto es que los chavales tienen una magnífica oportunidad como en su día la tuvieron los Bojan, Pedro, Busquets o Jeffren, por remontarnos a la última hornada canterana que debutó con los de ‘arriba’.

Y el reto de Luis Enrique está saliendo adelante -nótese el juego de palabras- de forma notable. Quintos en la clasificación con 23 puntos -y un partido menos que el resto-, el Barça B se encuentra a 6 del líder. Y eso, para un grupo de chavales que saben que no pueden ascender y cuyo único objetivo es hacerlo todo lo bien que puedan para que Pep se fije e ellos, es un auténtico mérito. Ahí reside la llave del éxito de Luis Enrique: la motivación. Mantener en estado de máxima alerta a un equipo que con 20,84 años de media es el más joven -de largo- de la categoría y que encima jornada tras jornada deja su impronta de calidad con el 4-3-3 de la casa era una difícil tarea que el técnico asturiano está resolviendo de una manera brillante.

Claro que con joyas como Thiago Alcántara, una especie de Xavi con sangre brasileña o Sergi Roberto, el próximo Iniesta, el camino se hace menos duro. Si encima detrás de ellos tienes a Oriol Romeu haciéndoles la cobertura y, en el centro de la zaga, a valladares como Fontàs y Bartra el grado de preocupación se reduce. Arriba, Nolito y Jonathan Soriano ya se encargarán de la magia y el gol. Además, agazapados en el equipo juvenil, esperan su turno los Gerard Deulofeu o Rafa Alcántara.

La Masía no para. El fútbol no para. El Barça crea fútbol y Luis Enrique continúa trabajando para que su reto, a final de temporada, se cumpla.