Después de presentar unos números envidiables el año pasado (ventas por valor de 161,5 millones de euros y beneficios de 17,4 millones), el grupo papelero español Miquel y Costas & Miquel (MCM), controlado por la familia Mercader (Jordi Mercader Miró además de ser su presidente lo fue hasta hace pocos días también de Agbar y es vicepresidente de la Caixa), quiere dar un salto cualitativo en su crecimiento como compañía. Para ello su estrategia de futuro pasa por doblar los resultados en tres años.
Es verdad que el grupo está en un segmento de mercado que no es precisamente bien visto socialmente al dedicarse principalmente a fabricar el papel de los cigarrillos (el 77% de su negocio actualmente). Pero tiene una ventaja competitiva importante, su alto know how en ese campo, producto de cuantiosas inversiones en tecnología e I+D que lo han posicionado como una de las mejores compañías del sector. No en vano tienen constantes demandas de directivos asiáticos para visitar de sus factorías con la intención de conocer los secretos, por otro lado muy bien preservados, de su sistema productivo y tecnológico. Para ellos es crítico proteger la alta tecnología y, es por esa razón que han decidido que sus fábricas no sean visitables, para evitar fugas de conocimiento. De hecho casi todas están ubicadas en España aunque exporten el 82% de su producción. Ubicar sus fábricas en mercados emergentes, más cerca de sus consumidores, es un riesgo que no se pueden permitir correr. Además “es vital disponer del centro de inteligencia en casa ya que supone tejer una red de conocimiento importante y un control sobre nuestro futuro” explica Mercader.
Otra de las ventajas de MCM es que no es opable. El consejo de administración controla más de la mitad de las acciones después que el pasado mes de abril cambiará de manos un 5% (Caixa Penedés amplió su participación un 4% hasta el 18% y la familia Mercader si hizo con el resto que junto al resto de familias fundadoras controlan en 30%).
Para mantener esos factores diferenciales es imperativo, como reconoce su presidente, mantener una fortaleza financiera (su endeudamiento bancario es muy bajo, tan solo 10 millones de euros) que es la base de su innovación tecnológica. La otra pata, imprescindible para ese crecimiento que buscan, habrá que desarrollarla en torno a una mayor implantación internacional (actualmente solamente tienen una planta en Argentina). Su principal búsqueda de oportunidades en ese sentido se va a centrar en Estados Unidos por lo que es previsible que en los próximos meses nos desayunemos con alguna adquisición relevante en el citado país que le ayude a ganar potenciar su crecimiento ganando cuota en aquel mercado tan difícil.
En esta línea, su plan estratégico (2010-2012) establece unas inversiones de 60 millones que incluirá la construcción de su sexta planta en España, probablemente al Sur de Cataluña, donde se piensa invertir aproximadamente la mitad de ese monto.
Añadir que, en el contexto reseñado, se va a producir un cierto cambio en la política de retribución al accionista. EL pago del próximo otoño será normal no como en otros ejercicios que se correspondió a la devolución de una prima de emisión, aunque la política de generar autocartera seguirá vigente. Por último apuntar que los resultados del presente ejercicio sean similares a los de 2009.