El retorno de todos los tabúes: de los masones, el incesto ideológico, los estigmas y otras sacristías

Por Mauriciojaviercampos @mauriciojcampos
         
¿A qué atribuye que haya tantas personas interesadas en consumir productos en los que se revelan los misterios de la Iglesia Católica ? ¿Interesa más el misterio o su revelación?El secreto es visto como una forma de poder autoritario. Aún cuando el cura, en la misa, pronuncia unas pocas oraciones en voz baja, algunas personas se molestan: ¿Por qué tiene que tener esas cosas secretas para él? Entrevista a Víctor Manuel Fernández, decano de la facultad de teología (UCA), revista Ñ, Clarín, pág. 34, 23/05/2009, Buenos Aires, Argentina. 
“(...) Este mutus liber (libro mudo o cerrado) que es el templo, Biblia oculta y de macizas hojas de piedra; la huella, el sello de la Gran Obra Laica al frente de la Gran Obra Cristiana.”Fulcanelli: "Las moradas filosofales"; "El misterio de las catedrales".
“Todo lo que parece claro está torcido. Todo lo que está torcido es claro. Atrapado en los reflejos debe aprender a reconocer cuando una mentira se disfraza de verdad y tratarla con eficiencia y sin apasionamiento". “(...) los distintos usos de la información, la desinformación, y como su uso, en definitiva, significa, poder. "Un oficio que nos hace darnos vuelta para ver quien nos vigila".El Buen pastor
1
La palabra
"¿Quién se atreve a colocar la autoridad de Copérnico sobre la del Espíritu Santo?"Calvino, citado por Bertrand Rusell.
Supongo que este artículo o compilado de anotaciones es una continuación y complemento de otro titulado El espíritu laico y el silencio de los corderos. Los unen las temáticas habituales y repetitivas que suelo abordar con mayor ímpetu: reflexiones en torno al lenguaje y su relación con el poder, el símbolo y el dogma en el arte y en sus diversas expresiones, la Iglesia, la Masonería liberal y adogmática en contraposición a la deísta, el sentido de la religiosidad, la historia, los sistemas de creencias, su manifestación e influencia social, y finalmente la espiritualidad laica. Me interesan las reflexiones de Foucault en torno al poder y los modos de ejercitar el control poblacional; y también los estudios del sociólogo estadounidense Vance Packart sobre varios de estos tópicos.Suelo canibalizar mis textos para devolverlos, a eso aspiro, revitalizados. No me justifico. Los reutilizo y reconstruyo con frecuencia, impulsado por distintas inquietudes, ampliándolos a partir de nuevas lecturas y experiencias.Constituye este un proceso continuo, como ya dije, de construcción: es devolverle la vida a la palabra, hablada o escrita, como insustituible herramienta y vehículo de expresión, actualmente de mayor eficacia y alcance que cualquier acto o lenguaje gestual o simbólico. Sin desmedro de estos últimos, a los cuales puede situarse en ámbitos más acotados: el papel de su universalidad está en riesgo porque el exceso de voces tapa lo esencial de una cultura inherente a lo humano que está quebrada, por la superpoblación y las tecnologías de la comunicación, el uso y el abuso de la información, la desinformación y la propaganda de todo tipo.Cada acto, gesto o palabra influye en el modelado de nuestro entorno, con resultados o consecuencias a veces fallidas.Hay que reconocerlo, porque la cruda realidad impone su impacto visual y caótico, la velocidad y lo efímero. Esta costumbre se torna en hábito, que obstaculiza el aprendizaje necesitado de incubarse. No se avanza más allá de lo superficial porque el espíritu crítico se ha dormido. O ni siquiera ha despertado.La idea expuesta, o el mensaje que esta transmite, puede sonar a muy racionalista, pero acá no hay lugar para ningún tipo de demiurgo.Renovar la palabra, decía, que se vuelca como reflejo (siempre inacabado e infiel) de uno mismo, como parte y complemento del todo que nos involucra -"en el principio era el Verbo", sostiene el evangelio de Juan, que todo lo abarca-, para no caer en el mero ritualismo de lo cotidiano que puede resultar en una práctica irreflexiva. Así como cada ser humano se reinventa en el transcurso de su existencia, existencia que vendría a ser su mayor patrimonio.Aquí va una alegoría, del masón que también perdió su palabra, y la busca: “la pérdida de la palabra fue el efecto del otoño en que el sol perdiendo su potencia, condena a la Naturaleza al mutismo; la palabra recobrada anuncia una próxima primavera (...)".
2
Iniciación, secreto, política
"Se sostenía antiguamente por los teólogos que el embrión macho adquiría el alma en el cuarto día y la hembra en el octavo. Ahora, la opinión más prestigiosa es que en el cuarto día para ambos sexos".
Citado por Bertrand Russell.
En palabras atribuidas a Jesús, que si existió fue uno de los tantos mesías de su época, este dice, o le hacen decir: "Tú eres Pedro -de petra, roca, y petros, piedra-, y sobre esta piedra construiré mi iglesia".
Desbastar la piedra, en vez de rascar apenas lo ilusorio, como se alude en la metáfora masónica: pero esta nueva actitud adoptada exige una elección y un discernimiento. Una decisión de esta naturaleza, para encuadrarse dentro del parámetro de lo correctamente moral para el que la toma, implicaría adoptar decisiones a sabiendas de por qué se las toma. Evaluar consecuencias, causas y tener la capacidad de rectificar el rumbo.
No es otra cosa que el acróstico V.I.T.R.I.O.L. de los masones cuyo significado es: "Visita el interior de la tierra. Rectificando encontrarás la piedra escondida".
El postulado masónico, en este aspecto, invita a la búsqueda, a escarbar dentro de uno mismo y dilucidar.
La palabra iniciación proviene de initiae y/o initium que aluden al inicio o comienzo, y también de inire, es decir, ir dentro o ingresar. Otros señalan la palabra initiatio, también como comienzo o entrada.
En un contexto más simple la ceremonia de iniciación es aquella por la cual se acepta al candidato en una entidad, grupo o asociación. O sociedades, como en los ritos de paso de los pueblos que antaño todavía no estaban industrializados y de los que pocos quedan.
Apunta Godelier en un estudio antropológico clásico, del cual selecciono algunos conceptos sobre lo iniciático, ya sea por similitudes que presentan y los asocia al ámbito masónico, o que son aplicables a él, y donde se aprecian nociones de lenguaje, su estructuración simbólica y hasta su relación con el poder en el entorno que los involucra durante todo el proceso:
“Los hombres son iniciados para hablar un lenguaje secreto y son iniciados además en los secretos, secretos que lo son sólo para las mujeres y para los jóvenes no iniciados. Existe también una suerte de monopolio de los hombres sobre ciertos saberes y esto se traduce en el lenguaje por un código, un lenguaje secreto.”
“Así pues la jerarquía entre hombres/mujeres, entre ancianos/jóvenes está articulada al mismo tiempo sobre una jerarquía de clanes, en la cual unos son los maestros de los rituales. Esta es la estructura de la jerarquía político-simbólica.”
“La jerarquía no sólo es una jerarquía en el dominio del poder y de la autoridad pública, en el dominio de la práctica simbólica. Es también, una jerarquía en el control de los recursos materiales.”
“Nos encontramos entonces con un uso cifrado de la lengua, de una lengua cifrada para ser más preciso. ¿Por qué el uso metafórico de una parte del léxico?”
“Es así porque entre las palabras y las cosas hay una relación, y una relación que da poder sobre las cosas.”
“Es el acceso a través del lenguaje a la esencia oculta de las cosas. Es un poder sobre las cosas al mismo tiempo que un poder sobre los hombres a través del poder sobre las cosas. En el centro de ese uso del lenguaje, hay una representación, hay una “teoría”, no sólo una manera de hablar, sino una manera de pensar, una manera de plantear los problemas de interpretar el mundo.”
“En los momentos importantes, claves de la vida de un hombre o de una mujer, hay un aprendizaje, en el transcurso de rituales complejos, de mitos y de saberes secretos.”
“Él adquiere, así, un sentimiento de profunda superioridad; durante los largos años en que el joven aprende, sea a través de las canciones, a través de los discursos, el fondo de las cosas, aprende al mismo tiempo sus reglas de conducta. Se le enseña una moral, una ética que es una actitud política y al mismo tiempo se le explica el fondo oculto de las cosas, a través de la narración de los mitos sobre el origen del hombre, del origen de los astros, el rol de los dioses y de los seres sobrenaturales en su vida.”
“Es importante notar que los jóvenes iniciados tienen que estar mudos delante de sus mayores en el curso de las ceremonias, ellos no tienen el derecho a la palabra. Deben escuchar y dejarse imprimir en ellos las leyes de su sociedad.”
“Las grandes revelaciones se hacen en un contexto dramático sobre el plano gestual, sobre el plano simbólico, sobre el plano del cuerpo, sobre el plano de los alimentos. A cada paso una serie de interdicciones nuevas se plantea sobre su alimentación, sobre la postura de su cuerpo, sobre la manera de hablar, de caminar, etc. En cada etapa, una parte de las interdicciones existentes en la etapa precedente es levantada, lo cual es una prueba de que el hombre cambia. Este es el contexto poderoso y complejo de relaciones entre poder y lenguaje. Más allá del discurso, están las actitudes corporales, los tabúes sobre el cuerpo, las maneras de utilizar el espacio alrededor de uno mismo. Está todo aquello que es más vasto que el lenguaje pero que también habla.”
“La diferencia con la gente común es relativa. Pero la diferencia es absoluta en materia de posesión de conocimientos rituales y del lenguaje ritual.”
“Los verdaderos actores de la historia saben que utilizan medios simbólicos pero saben también, que su poder por medio de símbolos, que su poder sobre los símbolos es un poder eficaz, real y no ilusorio. No es para ellos lo que nosotros llamamos poder simbólico.”
Una sentencia muy acertada esta última, si se la extrapola y vincula -en un esfuerzo por relacionar, comprender y asimilar sucesos históricos-, con el cristianismo, a partir de su adopción por el imperio romano de Constantino, de la instrumentación de los primeros Concilios a partir del de Nicea en 325 de la e.C., y la institucionalización del cada vez más acentuado dogma de la Iglesia y el clero.
Esta decisión conlleva un sentido y una intención de búsqueda de la unicidad dentro de la estructura política, social y militar del imperio, para lo cual el cristianismo en plena etapa de organización se apropiará del simbolismo pagano -desde el Sol Invictus hasta Lucifer o el portador de luz, mito asociado al planeta Venus y al ángel caído-, y lo usufructuará para su mejor adaptación y supervivencia en su nueva realidad y estatus.
Silenciado y manipulado el simbolismo subyacente, el secreto del éxito dogmático de los nuevos padres de la iglesia y de la pretendida espiritualidad de Occidente, no consiste en ocultar el símbolo o hacerlo esquivo a la vista, sino en no revelar su verdadero trasfondo, haciéndolo inaccesible al discernimiento de los otros.
Por último, sostiene Godelier: “esta estructura doble del poder de revindicarse en el interés de todos y en estar al servicio de algunos, esta doble estructura es más antigua que el Estado.”
“En la evolución futura de la humanidad, al concluir las luchas, desaparecerán dos realidades que están en parte ligadas: la religión y el Estado, a través de la desacralización de las relaciones sociales.”
Decía Lisandro de La Torre, abogado, masón, legislador y fundador del partido Demócrata Progresista:
"El Estado debe ser neutral. Las teocracias fueron siempre funestas, y en cualquier parte lo es la infiltración del clericalismo en la enseñanza y también en la justicia".
Sobre el secretismo que envuelve a algunas de estas instituciones, el tema era abordado por Claude Giraud en una entrevista. Pero antes de citar dicha nota, es necesario explayarse diciendo que este aludido secretismo es un estigma que ha pesado y aún verifica cierta vigencia con respecto a la Masonería, dada la naturaleza de sus orígenes modernos, persecuciones y enfrentamientos con la Iglesia hasta bien entrado el siglo XX, un lastre que inclusive de puertas adentro no se ha podido sacudir.
Cierta impotencia o torpeza para transmitir un mensaje adecuado y acorde a las expectativas de la sociedad han desdibujado su imagen y en ciertos aspectos se presenta hoy como una institución desfasada y anacrónica y excesivamente atomizada, donde cabe cualquier cosa y tipo de sincretismos.
En este aspecto la Iglesia de Roma tampoco se ha quedado atrás, constituyéndose también, a través de su evolución, en una sociedad secreta que elige a su Papa -obispo entre los obispos-, en un cónclave, es decir, bajo llave, y precisamente, rodeado de unos pocos obispos, o como sostiene Odifreddi, supervisores: episcopos, de epi, encima, y skopeo, miro.
Volviendo a la entrevista de Giraud (Clarín, 2008) , este decía:
-"Como las instituciones más importantes del Estado-nación fueron las iglesias, existe una dimensión religiosa del secreto que implica una sumisión a la autoridad, a algo superior que no podemos comprender.
-Y también puede decirse que el secreto provoca la sospecha permanente…
-Por supuesto. Creo que ése es uno de los grandes puntos débiles de la utilización sistemática del secreto…
-Creo que el secreto interesa sobre todo a los intelectuales, a la gente que cuestiona la autoridad política, pero no al común de la gente.
-Y el secreto también puede ser utilizado como herramienta para el control social.
-Sí. Un medio de control social".
En un pequeño artículo titulado Göring, Pío XII, Lutero y las moscas, etc. cité una frase del mariscal Göring, aquel jerarca nazi que se salvó por poco de la horca -se suicidó-: “Cuando oigo la palabra cultura, saco el revólver”.
Después me preguntaba por qué y cómo, si Göring quería mutilar la cultura a balazos, habría que juzgar a Pío XII que jamás condenó esos excesos. Existía un Concordato de por medio, claro, y una relación muy allegada de Pacelli con el régimen, cimentada durante sus funciones como nuncio apostólico.
Manuel Espadas, en la revista La aventura de la Historia, año 4, Nº 45, julio 2002, explicitaba: “Pío XII se situó en un difícil equilibrio entre las potencias y se abstuvo de condenar cualquiera de sus políticas.” “Desde finales del XIX y principios del XX, el mundo católico desarrolló un amplio antisemitismo social y político. Los judíos se presentaban como la quintaesencia de una modernidad que amenazaba con descristianizar la sociedad. Desde esa perspectiva, la Iglesia aprobaba la legislación discriminatoria contra los judíos introducida en los años 30 en algunas dictaduras, a fin de separar a los católicos de los judíos, que eran vistos como los enemigos de la religión. Fue esa actitud la que hizo que la Iglesia inicialmente no alcanzara a comprender la diferencia cualitativa que suponía el antisemitismo nazi que aspiraba al exterminio total. Todos estos factores impulsaron (...) a Pío XII a escoger el silencio, convencido de que una toma de postura de la Santa Sede podría empeorar la situación. No se dio cuenta de que lo peor ya había llegado.”
Otro que mordió una cápsula de cianuro fue el temible jefe de las SS hitlerianas, Heinrich Himmler. Su hija controla -o controlaba- una organización de ayuda a los nazis sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial. Según Clarín (1998): “Stille Hilfe nació en noviembre de 1951 bajo el manto protector combinado de miembros de la aristocracia alemana y distinguidos personajes de las iglesias católica y protestantes germanas, inspirados sin dudas por un grupo de ex jefes nazis. Presentada como una organización humanitaria, la fundadora del socorro nazi fue la princesa Helene von Isemburg, quien pidió al papa Pío XII la liberación de 700 altos jefes del Tercer Reich.”
Uno de los tantos ejemplos de cómo el obispo de los obispos, o sumo pontífice de una religión, y el poder político de turno, pueden tender entre sí numerosos puentes (eso significa pontífice). En este caso el cayado del Buen Pastor no une cielo y tierra, sino esta última con el infierno, como en aquellos vuelos de la muerte pergeñados durante la dictadura argentina de 1976-1983.
El Vaticano aplicó la pena de muerte hasta el pontificado de Pío IX, y hasta 1929 todavía se preveía el ahorcamiento, pena cuya aplicación fue abolida por Pablo VI en 1969. Su régimen esclavista se mantuvo muy activo entre los siglos XII y XV, dirigido principalmente contra los sarracenos.
3
Masonería, símbolo, dogma
"Otra ocasión de intervención teológica para evitar la mitigación del sufrimiento humano fue el descubrimiento de los anestésicos. Simpson, en 1847, recomendaba su uso en el parto y se le recordó inmediatamente por el clero que Dios dijo a Eva: "Con dolor parirás a tus hijos" (Gn. III, 16). ¿Cómo podría ella sufrir si estaba bajo la influencia del cloroformo? Simpson logró probar que no había daño en dar anestésicos a los hombres, porque Dios sumió a Adán en un profundo sueño cuando le extrajo su costilla".Bertrand Russell.
Con respecto al origen de la palabra masón (que significa albañil o constructor), o francmasón (free en inglés o franc en francés), los investigadores no se ponen de acuerdo. Algunos señalan que deriva de la palabra germánica makjo, que significa "preparar la arcilla para la construcción" (Adán también significa tierra o arcilla, y ya veremos las tristes derivaciones que trae aparejado este hecho); otros indican que procede del latín medieval machio y/o de su plural, mationes.
Lo más probable es que el término haga alusión al paso franco a través de pueblos, fronteras y Estados, libre de todo tipo de trabas, y del cual se privilegiaban los masones por el hecho de estar al servicio de la iglesia, nobles y reyes.
Con el tiempo la construcción en piedra decae, dándose prioridad en la construcción a otros materiales, como el ladrillo. Ya en el siglo XVII es más notorio el ingreso de los llamados masones aceptados, sobre todo aquellos caballeros notables reunidos en torno a la Sociedad Real de Londres; pero los masones aceptados fueron en principio los nobles o terratenientes, y hasta clérigos, que debían encargar sus obras a los obreros capacitados, siéndoles de utilidad, a la hora de contratarlos, conocer las señas por las cuales aquellos se reconocían.
En la segunda mitad del siglo XVII, convivían en las Logias anticuarios como Elías Ashmole o nobles como el conde de Moray que apenas pisaron las Logias una vez en su vida, junto a seguidores de movimientos ideológico-políticos como los rosacruces y/o científicos de todo tipo, como Isaac Newton. Junto a estos se destacó Cristopher Wren, personalidad muy culta y último de los Grandes Maestros de obra de la Corona británica antes del nacimiento de la Masonería especulativa en 1717, y que se ocupó de la reconstrucción de Londres luego del gran incendio que la asoló en la década de 1660.
Aclarada esta etapa de transición histórica, queda evidenciada la imposibilidad de contar con registros documentales detallados de todo este proceso evolutivo.
La Masonería especulativa surgida en 1717 es una entidad totalmente distinta, que utiliza el simbolismo de las herramientas de los antiguos canteros, pero que va más allá en su accionar social, intelectual e ideológico. Surgida al calor de las disputas dinásticas en Inglaterra entre los Estuardo y los recién llegados Hannover, y con un fondo de luchas de clase y de religión, entre católicos y protestantes, las Logias se constituyeron en nidos de conspiraciones.
No en vano saqué a relucir algunas metáforas bíblicas, ya que de ellas se alimentó la Masonería Moderna para construir las leyendas de sus grados, sobre todo después de la incorporación tardía del grado de maestro (donde existe la posibilidad de que se haya cambiado al personaje de Noé por el de Hiram), y más aún con la creación de los llamados altos grados.
No en vano tampoco, esta Masonería Moderna o especulativa fue gestada durante un proceso de transición que culminó con la creación de la Gran Logia de Londres a principios del siglo XVIII, como ya dije, en la plenitud de las disputas dinásticas, políticas, sociales y religiosas de la corona británica y de la mano de clérigos como Desaguliers y Anderson, este último de muy dudosa filiación masónica, pero sí hábil falsificador a sueldo de genealogías de todo tipo encargadas para el caso.
Así, se ha pretendido remontar el origen de la Masonería a personajes tan alegóricos como Adán y Eva, a los cuales, sin duda, se les ha confundido con mandiles, aquellas hojas que tapaban sus partes pudentas.
Pero tampoco hay que ser tan salvaje en las apreciaciones, siendo que estas posturas doctrinales o ideológicas pueden darnos o revelar un símil u otra faceta del aspecto simbólico, que a otros les apetece para cubrir sus expectativas, y como dice la catedrática Elaine Pagels, al referirse al autor del Génesis (hoy se sabe que no fue Moisés el autor de los libros del Pentateuco, sino que fueron textos repetidamente plagiados de los pueblos Mesopotámicos, y compilaciones usadas, en última instancia, con fines de manipulación política): "el autor utiliza un juego de palabras arameo para equiparar la serpiente con el instructor (serpiente, hewya; instruir, hawa). Otras crónicas (...) añaden un juego de palabras con cuatro sentidos que incluye a Eva (Hawah): en vez de tentar a Adán, Eva le da vida y le instruye:
"Después del día de descanso, Sofía (literalmente sabiduría) envió a Zoe (literalmente vida), su hija, la cual se llama Eva, como instructora para que criase a Adán (...) Cuando Eva vio a Adán abatido, sintió lástima de él y dijo: Adán vive, levántate sobre la tierra (o también arcilla, significado de Adán). Inmediatamente su palabra se convirtió en hecho. Porque cuando Adán se levantó, inmediatamente abrió los ojos. Cuando la vio dijo: Serás llamada la madre de los vivos, porque eres la que me dio vida".
Después de todo somos polvo y al polvo volveremos. ¿Qué profetiza este simbolismo?, quizá que se se vuelve al mismo punto de dónde se salió, la tierra (útero o matriz; caverna y/o cámara de reflexión en un sentido ya iniciático), en la cual se penetra de nuevo.
Pero si llegados a este punto alguien está muy confundido con los juegos de palabras y las fallidas o defectuosas traducciones de las viejas lenguas, no hay que preocuparse, porque las Sagradas Escrituras también están complicadas, y en el Génesis Dios es presentado en singular. Luego se alterna con el plural: "Y dijo Dios: hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza (...) "Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creo". O sea, se nos complica, por siempre, deducir el sexo de Dios. Los alquimistas, ya más avispados, lo asociaron al hermafrodita.
Aún hay más, según Laurence Gardner, un ex miembro de la Gran Logia de Inglaterra, en hebreo la mujer se llama Issa (hombre-ella) y Eva era Hawah, (a diferencia del sumerio Jâwa, aunque se pronuncian igual), pero, señala Gardner, la raíz verbal del nombre era hayah (vivir). Así, a Eva se la nombró Reina de la Vida o Dama de la Vida: Nîn-Jâwa o Nîn-tî. Esta palabra sumeria tî significa hacer vivir, pero hay una salvedad, existe otra palabra sumeria, ti, que significa costilla.
No vale la pena complicarse con averiguar la continuidad genealógica de los personajes de la historia bíblica, ya que salta a la vista que se trata del más escandaloso asunto de incesto, al menos ideológico, si no se es un creyente a rajatabla.
Tampoco voy a ampliar o ejemplificar más con este asunto de los vocablos, aunque las apreciaciones de Fernando de Orbaneja y el matemático Piergiorgio Odifreddi, al respecto, son muy interesantes y sabrosas. Decía este último al ocuparse de los vericuetos históricos del pueblo hebreo y a la extraña mezcolanza de textos:
"las divergencias se vuelven políticas y legales: de ellas se deduce que las dos versiones reflejan, por un lado, las vicisitudes políticas de los dos reinos septentrional de Israel y meridional de Judá, en los que se había dividido el país tras la muerte de Salomón (...); por el otro, las rivalidades teológicas de las distintas órdenes religiosas del país (...)". "(...) Puesto que se querían unir para forjar una historia común, después de la reconstrucción del Templo y la restauración del Estado judío descritas en los libros (...) ninguna tradición podía ser descartada sin crear resentimiento en la parte de la población a la que esta pertenecía, unas veces se decidió sencillamente yuxtaponerlas, como en el caso de la creación (...)"
No se sabe exactamente cuando ni quien hizo esta compilación, aunque se aventura que fue después del regreso del exilio en Babilonia.
De esta manera hay versiones de la Creación para todos los gustos. Algunos les atribuyen el uso del mandil a Adán y Eva y hasta se pueden ver fotografías de Jesús con mandil moderno. Pero como sostiene en sus textos críticos el artista plástico León Ferrari, perseguido y prohibido por la curia y los gobiernos que la apoyen, este tipo de iconografía, al igual que la utilizada por la iglesia, tiende a fijar y perpetuar una idea de lo que debe ser creído y aceptado como dogma, y así lo testimonia la obra de todos los artistas al servicio eclesiástico de los últimos siglos. Un arte que retrata el abuso, el crimen, la matanza, la persecución, la hoguera, la orgía inquisitorial, el pecado o el infierno. Yo todavía me pregunto cómo se les escapó a los inquisidores el hecho de que Adán y Eva fueran retratados con ombligos. ¿Quién los engendró? Algunos estudiosos aluden a la soga que porta el neófito en el cuello, en el transcurso de su iniciación, como al cordón umbilical.
Otro ejemplo lo constituye la iconografía dedicada al Cristo crucificado, y todo el bagaje teórico de fondo que le acompaña, que se demuestra inexacta, más allá de la multiplicidad de técnicas utilizadas por los romanos para implementar el suplicio, a partir de los clavos insertos en las palmas de las manos. Una imposibilidad anatómica, ya que estas se hubieran desgarrado por el peso del cuerpo, más allá de que los pies hubieran estado apoyados en una base. Lo más probable, por lo investigado, es que las manos estuvieran atadas por las muñecas o que los clavos hayan sido puestos atravesando estas últimas.
Pero todo sirve porque transmite el mensaje, fija y apuntala el dogma. Acá no hay símbolo que se pueda interpretar, la idea se impone.
Explicaba Joseph Campbell: "En un sistema religioso tradicional, la imaginería y los rituales a través de los cuales esa imaginería se integra en la vida de una persona, son presentados de modo autoritario por los padres o los evangelizadores, y se espera que el individuo experimente los sentidos y los sentimientos buscados."
Al respecto, Moisés fue un legislador notable para su tiempo, introduciendo ideas tan avanzadas como el monoteísmo que ya había intentado imponer Amenhotep IV en Egipto con escasa fortuna. Sostiene Orbaneja que Moisés "aprovechó el Código de Hammurabi y las leyes egipcias, adaptándolas a la realidad en la que vivía y a la idiosincrasia de su pueblo. Además percibió que las tradiciones constituyen un factor de suma importancia en la unidad y en la identidad de los pueblos; por eso instituye una serie de tradiciones detallando sus prácticas con verdadera minuciosidad (...)". "(...) Una serie de leyes vitales para la convivencia y la aplicación de la justicia".
Buffon, después de escribir su Historia Natural "no se consideró dispuesto a entrar en controversia con la Sorbona. Se retractó y fue obligado a publicar la siguiente confesión: Declaro que no tengo la intención de contradecir el texto de la Escritura; que creo firmemente todo lo ahí relatado sobre la creación, tanto en lo que respecta al tiempo como a los hechos; abandono en mi libro todo lo que pueda ser contrario a la narración de Moisés".
En otro breve artículo llamado De Umberto Eco a Lisandro de La Torre: El nombre de la rosa, las visiones apocalípticas e inquisitoriales y los masones, intenté un rescate de las posturas científicas y de extracción laica vertidas por los masones, encontrando en las obras filosóficas de Lisandro de la Torre, y en sus disputas con el clero ya mediando el siglo XX, una fuente de elevado nivel discursivo; y en el semanario masónico Luz y Verdad (1900-1903), de la Logia Luz del Sud, un compilado notable de textos que delatan el espíritu combativo y osado de los masones de antaño, fiel reflejo de una época de efervescencia y plena de progresismo, con objetivos y propósitos claros en la denodada búsqueda y conquista de todos los derechos inherentes al ser humano y un afán de absoluta libertad de conciencia.
"La predicción del fin del mundo y la descripción del infierno, dice Lisandro de La Torre, forman parte del sistema de conceptos terroríficos de que se vale el dogma religioso en contra de la ciencia. El Evangelio es categórico al respecto y anuncia el fin inmediato del mundo".
"El versículo 29, capítulo 34 del Evangelio de San Mateo, pone en labios de Jesús esta frase: "Y luego, después de las tribulaciones de aquellos días, el sol se obscurecerá y la luna no dará su lumbre y las estrellas caerán del cielo y las virtudes del cielo serán conmovidas".
"En verdad os digo que no pasará esta generación que no sucedan estas cosas" (cap. 24, ver. 34, San Mateo).
"Pasó la generación aludida, pasó el primer siglo de la era cristiana y han pasado 1937 años y no ha ocurrido lo anunciado por Jesús. Luego la revelación es una fuente objetable de conocimientos. Pasaron los dioses del Olimpo, pasaron los Ibis sagrados del Nilo, pasaron Osiris y el buey Apis, pasaron los mitos del paganismo nórdico que intenta restaurar el señor Hitler (el artículo fue escrito en 1937), y no hay razón para que no pase mañana cualquier otro culto, fundado como los anteriores, en revelaciones anticientíficas".
"Puede verse también en la Biblia cómo Dios bajaba a la Tierra a conversar con los hombres, en los tiempos primitivos, les daba consejos y les aplicaba castigos inverosímiles. Al profeta Ezequiel le ordenó que se comiera un libro sagrado, y el profeta se lo comió (cap.3, vers. 1 y 2 de las profecías de Ezequiel), y también le ordenó que en expiación de los enormes pecados del pueblo de Israel, comiera todas las mañanas excrementos humanos; y como el profeta se quejara de la crueldad del castigo, lo autorizó a que los reemplazara con estiércol de buey" (cap. 4, vers. 12 y 15).
Con respecto al periódico Luz y Verdad, seleccioné apenas unos pocos textos cuyos autores eran masones, para dar un panorama general de sus inquietudes:
"La moral científica reemplazando hoy a la moral teológica como principio vital de la existencia progresista de las sociedades humanas, va inculcándose con fuerza poderosa en la mente y en la conciencia de los pueblos sugestionados hasta el presente por el misterio religioso.
Las sociedades pues, van mirando al porvenir.
Sentado como base innegable que solo a causas físicas, a estímulos naturales, obedecen los desenvolvimientos y accidentes de la vida; que en la evolución social, solo el esfuerzo propio del ser humano puede conducirlo por vía segura al logro de sus aspiraciones, que solo nutriendo la inteligencia con las verdades científicas, puede llegarse a la explicación más o menos satisfactoria de las causas y efectos que los libros sagrados al considerarlos supraterrenos y rodearlos del misterio, los atribuían a la fuerza invisible, es también innegable que para operarse esas transformaciones sociales, deben conocerse las enseñanzas que el humanismo proporciona en los libros investigadores de lo que dio vida a lo que nos rodea.
Sustraerse, entonces, a la opresión teológica, que tiene trazados sus principios concluyentes desde que apareció y que fijó barreras al cerebro humano, barreras que aún no se atreven a pasar los timoratos, es acción conveniente a la propia felicidad, que redunda en felicidad de sus semejantes.
No puede tildarse de ateo, a quien en uso de las fuerzas naturales que posee, pretende investigar quién se las dio, qué elementos las componen, y cómo mejor puede y debe emplearlas; no debe llamarse irreligioso, a quien rompiendo con viejas tradiciones, declara no estar conforme con el dogma eclesiástico por no satisfacer la ambición de la mente, del pensamiento que entonces lo lleva a la investigación serena y al examen crítico de lo pasado, para poder encontrar en él la causa verdadera y única; porque, ¿quién fijó el dogma como única verdad, como la sola explicación de lo que provoca la curiosidad de los sabios y profanos?
La Iglesia fue quien pretendió significarlo como tal; y la Iglesia, compuesta por humanos debió y pudo equivocarse, como lo comprueban hoy los descubrimientos de quienes separando la fe y la ciencia y estableciendo entre esas dos dinámicas una línea de separación completa, proclamaron que ambas no podían marchar unidas y que sólo la segunda, imperfecta, como el hombre, era la única capaz de satisfacer sus imperfecciones.
La fe dice a las sociedades que el dogma explica el principio y la formación del mundo, y lo que existe después de la muerte; la fe hablando a los pobres de espíritu con el convencimiento propio del náufrago que confía más en el milagro que en la tabla a que sin embargo se ha adherido como el caracol a su concha para llegar a la playa, les proclama que el dogma es la fuente de la verdad que con tanto afán buscan los hombres de la ciencia y, por último, impidiéndole creer lo que no sea el dogma, lo convierte a este en intolerante y autócrata.
Entonces, es razonable que no puedan subsistir unidos ni congeniar la fe dogmática o religiosa con la fe científica, y que al vivir separadas, teniendo la última amplios horizontes para poder extender el pensamiento y llevar por doquier la investigación, se convierta en la aspiración de los pueblos, que guiados hasta ahora como recua inconsciente, se lanzan ardorosos tras el emblema de la vida, representado por el espejo de la verdad y la antorcha de la luz".
Luz y Verdad, Año 3, 20 de mayo de 1902, Núm. 108

"La filosofía dogmática casuista, encerrándose en el círculo de hierro de la inmutabilidad, que importa la más solemne negación al cambio constante y eterno de todo lo creado, y la ciencia investigadora que proclama la transformación continua de los elementos, causas, y por lo tanto de sus efectos, constituyen la antítesis más colosal creada hasta ahora por el ingenio humano, que se afana hoy más que nunca por descubrir la incógnita de esa creación cuyos términos conocidos lo forman lo existente, es decir, lo que se ve y lo que se palpa.
Lo inconocible, lo ignorado, ha sido planteado ya por la revelación católica como único y verdadero; su Dios, tiene forma y contiene esencia, y hasta ha descendido al mundo desde las alturas en que mora, primero para inspirar a Moisés, después sirviéndose de Jesús como intermediario para destruir el paganismo y fundar en la tierra la religión de la moral que se asienta sobre la caridad y la justicia.
Pero, esa forma sencilla, al par que curiosa, de resolver el gran problema, es hoy negada por el espíritu que tiende a revolucionar la humanidad de falsas y añejas teorías, sustituyéndolas con otras que si no revisten ni se atribuyen la característica de la infalibilidad, ofrecen más seguridades de aproximarlas a la verdad, por estar calcadas y ser fruto de serias investigaciones filosóficas y de meditados estudios científicos.
No es para derrocar una tiranía de la conciencia y suplantarla con otra, por lo que la ciencia liberal ha lanzado el mas estentóreo mentís al Dios Trinitario; no es en nombre de otro dogma o de otra doctrina igualmente extemporánea y hasta ridícula, que se pretenden voltear los falsos ídolos y los mentidos emblemas; no es, en fin, en representación de una religión positiva, que marcha la ciencia cada vez con paso más firme, mas seguro al descubrimiento de lo primitivo, de lo que fue origen y germen.
La razón es otra, más poderosa, más noble, y ella es el producto de largos años y siglos de investigaciones en un orden secundario, que por consecuencia han traído a la mente la certeza de que más allá había algo que no debía ser como lo estatuían los libros sagrados, creídos por la humanidad que se preciaba de más civilizada durante la larga noche del oscurantismo y la teocracia.
Cuando el hombre despertó del sueño aplastador que durmiera durante la Edad Media, la reacción moral trájole otra vez las energías perdidas y gastadas en las luchas religiosas o atrofiadas al nacer por la religión dominante; surgieron a la arena algunos sabios, y ellos iniciaron la era de redención.
La física empezó a explicar la causa racional de los fenómenos celestes; la química, las combinaciones productoras de efectos considerados hasta entonces como sobrenaturales; vino la historia y la arqueología a hacer retroceder la existencia del mundo en algunos miles (y hasta millones) de años de la fecha fijada y aceptada, y una nueva filosofía completó el marco admirable que encerraba todo lo creado y lo increado, mostrando a la imaginación el reverso de esa medalla cuyos fulgores la habían deslumbrado hasta entonces, engañándola y mistificándola.
Así, paulatinamente, fue como se produjo la evolución, y no la evitaron los anatemas, ni las excomuniones, ni las hogueras; luchó primero débilmente, después se fortaleció, y concluyó por vencer, es decir, por conquistar su puesto en la arena de la lucha donde se debate la verdad contra el error.
Las religiones positivas, oprimiendo la mente humana con el peso enorme de principios y leyes divinas, tuvieron que temblar forzosamente en sus cimientos al sentirse sacudidas por el huracán siempre creciente de lo que dieron en llamar ateísmo o impiedad; es que ese ateísmo y esa impiedad empezaron por rasgar el velo de la ignorancia en que el hombre había estado sumido hasta entonces, haciéndole contemplar los anchos horizontes de la vida desprovista de prejuicios; el dogma católico tambaleó al primero y más suave empuje, para caer, cuando la ola arreció con fuerzas prepotentes.
Entre la doctrina que sustenta el dogma y la verdad de la investigación científica, han elegido ya los hombres; esta última marcha adelante, incorporando a sus huestes elementos de trabajo y de progreso, mientras que aquella sigue deslumbrando con el oropel del oro y reteniendo por el temor, a los que militan en las filas, que siempre merman, de la superstición y la intolerancia".
Luz y Verdad, Año 3, Tandil, 2 de Septiembre de 1902, NÚM. 123.

"La superstición es no sólo el fruto de la ignorancia en la mayoría de los casos, si no que a veces, individuos ilustrados son también supersticiosos debiéndose entonces reconocer por causa la falta de carácter y la pobreza de espíritu.
Es raro que entre los seres racionales creados, exista uno despojado del temor de ultratumba; y en vano es que las más elementales nociones de la razón serena e imparcial, nieguen la inmortalidad del alma, porque aquellos individuos, nacidos y desarrollados en un ambiente completamente favorable al crecimiento de creencias sofísticas, harán caso omiso de la verdad filosófica, para dejarse vencer en la lucha por el error que lo amedrenta y sofoca, y en la que no tienen más arma que un espíritu raquítico.
El ángel caído, el purgatorio y el limbo; el paraíso, las glorias celestiales y las recompensas divinas; la resurrección de Cristo-Dios y la Trinidad Romana, en fin, todos los dogmas proclamados por la Iglesia Católica, producen con eficiencia las creencias supersticiosas trayendo a los espíritus débiles o ignorantes, dudas y temores que convierten su vida en una verdadera infelicidad y en la que cada palabra aparece como deshonrosa, si no lleva el sello religioso, y cada acto como un delito, si no está caracterizado por el misticismo y la contemplación.
La ciencia humana, por excelencia, la filosofía, nos enseña que hemos nacido humanos, que humanos viviremos y como tales, dejaremos de ser. La medicina no ha podido aún comprobar los elementos de que estuvieran formados el cuerpo y el alma de Cristo, y que tuvieran la virtud de hacerlo resucitar, ni tampoco ha podido esclarecer la original virginidad de María, tópicos ambos que por estar apoyados por una secta eminentemente lucrativa no han llegado quizás a ser tratados científicamente, pues los hombres comprendieron que eran dogmas que caían en añicos a la luz de la verdad, y que sostenidos así por una religión que predominaba, eran una causa más de superstición que importaba una ganancia pingüe.
Y la Iglesia Católica encontró argumentos verdaderamente originales, como para sostener e inculcar en los pueblos las creencias de sus libros, argumento que en la totalidad de los casos son completamente inaceptables, si los comparamos con las verdades científicas y naturales cuyo análisis no resisten.
Así es pues como el ser humano, ignorante y sin carácter ha llegado a caer en la más ridícula superstición. La mejor arma para luchar contra ese error, es la educación, porque la educación disipa las sombras que oscurecen la vida del ignorante, y forman su carácter, apto para la lucha y para repeler el ataque que le llevan a menudo al error y el fanatismo".
Luz y Verdad, Año 2, Tandil, Martes 19 de noviembre de 1901, NÚM. 82
4
Masonería, laicismo, religiosidad 
"Los animales no hacían presa unos de otros hasta después de la caída; todos los animales ahora existentes pertenecen a especies representadas en el Arca... (Esta opinión no carecía de dificultades. San Agustín se confesaba ignorante respecto a la razón de Dios para crear moscas. Lutero resolvió más atrevidamente que habían sido creadas por el diablo, para distraerle a él cuando escribía buenos libros. Esta última opinión es ciertamente plausible). Tales problemas condujeron a los teólogos a creer que las sucias zorras y otras torpes bestias se habían generado espontáneamente del fango por la acción del sol..." Citado por Bertrand Russell. 
Hoy es aceptado, por un buen número de estudiosos, que la Biblia se incorporó en los trabajos masónicos a partir de su adopción por la Gran Logia de los Ancianos, hacia 1750. Pero como ya dije, las leyendas de los grados masónicos se alimentaron de la Biblia entre otros agregados doctrinales de lo más variado. El Rito Escocés es un ejemplo. Desde Hiram hasta la reconstrucción del Templo por Zorababel -personaje que despliega su importancia en diversos grados y Ritos-, a su regreso del exilio persa, pasaje abordado por Zacarías, que dice, y esto lo cito por señalar apenas un ejemplo:“Atiende pues, Josué, sumo sacerdote, tú y tus compañeros que se sientan delante de ti, porque vosotros sois hombres de presagio: He aquí que suscitaré a mi siervo, el germen.Pues ahí está la piedra que he puesto ante Josué: sobre esta única piedra hay siete ojos; yo mismo grabaré su inscripción, palabras de Yavé de los ejércitos, y borraré la inequidad de la tierra en un solo día. En aquel día, palabra de Yavé de los ejércitos, os invitaréis mutuamente los unos a los otros a la sombra de la parra y de la higuera.” (Zacarías 3,8). “¿Quién eres tú, monte grande? Ante Zorobabel, como una llanura; él sacara la piedra clave entre gritos de júbilo: ¡Que hermosa es! ¡Que hermosa es! Y Yavé me dirigió la palabra en estos términos: Zorobabel puso los cimientos de esta casa y él mismo consumará la obra. Entonces conoceréis que Yavé me ha enviado a vosotros. Porque los que no hacían caso en los primeros días se alegrarán y verán la plomada en manos de Zorobabel.” (Zacarías 4,7) “Toma la plata y el oro, haz una corona y ponla en la cabeza de Josué. Y dile: Así habla Yavé de los ejércitos. He aquí un hombre cuyo nombre es germen; de el se producirá la germinación. El edificará el templo de Yavé, llevará las insignias reales y estará sentado como dominador en su trono. Tendrá un sacerdote a su derecha y habrá perfecto acuerdo entre ambos. La corona quedara en el templo de Yavé.” (Zacarías 6,11)La carga simbólica de estos pasajes, donde se mezclan pretendidas profecías, alegorías e historia, es notable, y se han prestado a múltiples interpretaciones, como todo contenido que envuelve a las Escrituras y otros textos antiguos, complejidad que aumenta por los diversos niveles de interpretación que admite el símbolo. Basta con citar otro fragmento de Zacarías en la cual se describe un caduceo -el símbolo de dos serpientes enroscadas alrededor de un bastón central-, utilizado por diversas culturas, entre las cuales se destacan los terapeutas de Alejandría. En su aspecto esotérico, alude a la espina dorsal y el sistema nervioso, pero no voy a profundizar en esta cuestión, ya que su mención alcanza para constatar la difusión, apropiación y/o asimilación de ideas, procedimiento practicado por todos estos pueblos de mutua influencia.El ángel que hablaba conmigo volvió y me despertó como a uno que le despiertan de su sueño. Y me dijo: “¿Qué ves?” Yo contesté: “Veo un candelabro todo de oro con su aceitera en la parte superior; hay en él siete lámparas y siete conductos a las lámparas que están debajo. Junto a él hay dos olivos, uno a su derecha y otro a su izquierda”. Tomando yo la palabra pregunté al ángel que hablaba conmigo: “¿Qué significa esto, mi señor?” El ángel que me hablaba me dijo: “¿No sabes qué significan estas cosas?” Yo respondí: “No, mi señor” Entonces tomó la palabra y me dijo: “Estos siete son los ojos de Yavé que recorren toda la tierra” Volví a hablar y pregunté: “¿Qué significan aquellos dos olivos que hay a la derecha y a la izquierda del candelabro?” Y le pregunté por segunda vez: “¿Qué significan las dos ramas de olivos que por medio de los tubos de oro vacían el aceite en las lámparas de oro?” El me respondió: “¿No sabes qué significa esto?” Yo dije: “No, mi señor” El prosiguió: “Estos son los dos Ungidos que están ante el Señor de toda la tierra".No resulta extraño que en ciertas épocas se haya asociado a la Masonería, sobre todo aquellos que son ajenos a la Orden e influidos por sectores adversos a la misma, con una religión o secta, dada la adopción de Libros Sagrados por determinados segmentos de la institución encuadrados dentro de los parámetros de la G. L. U. de Inglaterra, ya fusionados los Antiguos y Modernos, y cuando esta, aún en pleno siglo XX, adoctrinaba a la Gran Logia de la Masonería Uruguaya, indicándole que la misión esencial de la Orden era sostener y propagar el culto de Dios. ¿Le fue necesario al principio o poco después para cimentarse como entidad dictando Landmarks, como al Cristianismo le resultó útil trasplantarse al paganismo, absorberlo y luego regurgitar el símbolo, ya procesado y anquilosado, en dogma? Me parece que al comienzo la Gran Logia de Londres tenía un espíritu más ecuménico. Las revoluciones de mediados del siglo XIX en Europa le dieron más cabida en las Logias a los socialistas, ateos, agnósticos y activistas sociales. La reacción de la G. L. U. de Inglaterra no se hizo esperar al volverse contra el G. O. de Francia por cuestiones referidas al uso de la Biblia en el Ara y a la interpretación de la controvertida figura del Gran Arquitecto del Universo en los trabajos masónicos.En 1929 lanzará su programa de ocho puntos, estableciendo los parámetros de pretendida regularidad a la cual tendrán que atenerse las Potencias que deseen seguir alineadas con ella.En la década de 1940 la Gran Logia de Massachusetts lanzará una proclama declarando que la Masonería no es otra cosa que un culto para propagar la creencia en Dios. Dicho documento fue reproducido por la revista El Nivel, de la Masonería Argentina del Rito Escocés Antiguo y Aceptado y, en 1950, la Gran Logia de Inglaterra haciéndose eco de estos postulados intervendrá en los asuntos de la Masonería Latinoamericana, produciendo la ruptura del bloque de Obediencias reunidas en Montevideo en 1947.En 1964 la revista Leoplán le dedicó la tapa y un extenso artículo a la institución. Se titulaba La Masonería ¿secta negra o secta blanca? Un título periodístico que todavía define la visión de algunos sectores sociales con respecto a la Orden. Para empeorar las cosas, los entrevistados no fueron muy afortunados con sus declaraciones. Reproduzco algunos de mis apuntes del momento. Decía:Ahí van algunos comentarios sabrosos o, quizá cabría decir, para ajustarse al tono del asunto tratado,"bestiales". Dice la presentación: "Después de siglos, el velo que cubría las actividades de la fraternidad de los francmasones parece empezar a rasgarse. El libro de un jesuita -se refiere al libro de Töhötöm Nagy, "Jesuitas y masones"- que logró ingresar en la organización fue el punto de partida que nos permitió acercarnos a un grupo de hombres que espera la oportunidad de desmentir su siniestra fama y de reconciliarse con su tradicional enemiga: la Iglesia Católica Romana".Luego se aclara para que oscurezca:"Todo ese aparato secreto ha llevado a muchos a creer que la masonería tiene fines ocultos inconfesables. En la actualidad esto es un error y está motivado en parte por algunas publicaciones contrarias, la mayoría de ellas, según los masones, fomentadas desde el Vaticano, y por la existencia de sociedades secretas de ritos similares a los ritos masónicos que se dedican efectivamente a logros políticos o simplemente a la práctica de la depravación. En nuestro país hubo sociedades secretas, y en Europa existen sociedades dedicadas a las misas negras, ceremonias que parecen extraídas de un antiguo libro de demonología. En el siglo XVI, el fraile apóstata (...) fue quemado (...) por celebrar misas diabólicas; la práctica se mantuvo, pero fue degenerando a través de los tiempos hasta transformarse en una orgía común.Hay quienes afirman que aún en nuestros días se siguen celebrando cultos al diablo, pero esta creencia no tiene mayor basamento verídico. La guerra sin cuartel que la Iglesia Católica Romana ha declarado a la masonería, es otro de los motivos por los cuales en los países latinos se la considere prácticamente una institución criminal".Después hay que tragarse estos párrafos, de los cuales se deduce que la Masonería puede tratarse de una capilla o de una sucursal de obispado:"El doctor Nagy -el ex sacerdote devenido en masón- cuya actuación como jesuita lo llevó a la jefatura del movimiento campesino católico en Hungría (...) cuando se le sugirió la idea de que la masonería podía tener una finalidad política, la rechazó de plano, así como también todo lo que se refería al ateísmo. Existe, sí, una francmasonería atea que es el Gran Oriente de Francia, y aún en algunas logias puede haber facciones que prestan menos atención a la religión y a los símbolos religiosos, pero esto es más una actitud privada de algunos miembros que una posición oficial de la fraternidad, al extremo de que no se toleran en las reuniones expresiones irreverentes para con las imágenes sagradas""La masonería argentina no tiene fin político (...). En ese mismo artículo reproduje un pequeño extracto del debate sobre Masonería sostenido por Robert Amadou y Pierre Barrucand, publicado por la revista Todo es Historia (1982), cuya lectura me dejó un sabor muy amargo.Robert Amadou.- Para muchos franceses, la francmasonería sería una sociedad secreta puramente política. Pero este malentendido ha sido siempre vehementemente denunciado, y en gran número, por los propios masones franceses, quienes no sólo se oponen a ese juicio, sino que rehúsan dejarse alinear bajo el rótulo "sociedad filosófica". Otros, al contrario, ven en ella una sociedad iniciática y unos seis millones de masones, es decir casi la totalidad de la Orden , reconocen en ella a una hermandad religiosa.
Pierre Barrucand.- Es acertado ver en la francmasonería a una sociedad iniciática.
Robert Amadou.- Este carácter no es en absoluto opuesto a su carácter religioso, lo implica, por el contrario. Por lo tanto, ¿usted liga el esoterismo con la francmasonería? 
Pierre Barrucand.- Evidentemente.Pero no son pocos los autores, investigadores y opinólogos que bucean en el tema masónico, y que pretenden ver en la Masonería una religión. Un caso típico lo constituye un autor, tan alabado como cuestionado, pero que, como ejemplo, sirve. Me refiero a Lavagnini, que al abordar el análisis del grado de Caballero Rosacruz, otro de los grados fundamentales en varios Ritos, sostiene: “En ningún otro grado la relación entre masonería y religión aparece tan clara. En los grados simbólicos nacidos de las antiguas y medioevales corporaciones de obreros constructores de templos (sic), existía la prohibición de discutir sobre asuntos de política y de religión, y por otro lado se exigía también el respeto y tolerancia de todas las creencias, así como el esfuerzo para comprenderlas por medio de la lógica y del entendimiento espiritual que simbolizan la escuadra y el compás sobre el libro sagrado de la tradición”, o sea, para nosotros, La Biblia. “La Biblia como símbolo masónico ha de interpretarse como el libro de la Naturaleza o el Código de la Razón y de la Conciencia humana”, dice una enciclopedia católica. Aunque la Biblia, como libro de apoyo, resulte, como ya se vio, y cualquiera sea el punto de vista adoptado, muy poco razonable y de una falta de coherencia total o, como sostiene Orbaneja, sean textos elaborados como producto de plantas alucinógenas con fines de iluminación mística.Este tipo de vinculación de la institución con tanto texto sagrado despierta temores alarmantes e irrefrenables, ya que si la Masonería se propone construir o restaurar un templo ideal, “¿Cuál es el templo?”, se pregunta Monseñor José María Caro, uno de los pilares de la literatura antimasónica del siglo XX: “El templo de la Naturaleza, en que deben reinar la libertad, la igualdad y la fraternidad, entendidas en sentido masónico; templo en que se enseñe la verdad, la virtud y la moral propias de la Masonería.” Y luego remata en forma lapidaria, tergiversando cualquier mensaje que pudiera existir, cifrado por el símbolo o la alegoría y presto a ser descubierto por el espíritu investigador, con palabras como dardos o clavos dignos de la mejor crucifixión, porque ya se le ha dado el pie para hacerlo, ya sea mi proposición acertada o no: "La Masonería, finalmente, dice que se propone establecer en el mundo una religión nueva, universal, y tiene todo lo que pueda desearse en materia de ritos y ceremonias relativas a un culto religioso. Es, pues, también, una religión.”"Lo atractivo para Eco (Clarín, 2012), no son las conspiraciones en sí, sino la paranoia que les permite florecer. Hay muchas conspiraciones pequeñas y en su mayoría son expuestas, dice. Pero la paranoia de la conspiración universal es más poderosa porque es eterna. Nunca se puede descubrir porque no se sabe quién participa. Es una tentación psicológica de nuestra especie. Karl Popper escribió un excelente ensayo sobre eso, donde dijo que empezó con Homero. Todo lo que pasa en Troya fue planeado la víspera en la cima del Olimpo por los dioses. Es una forma de no sentirse responsable de algo. Por eso las dictaduras usan la noción de la conspiración universal como arma. Durante los primeros diez años de mi vida, fui educado por fascistas en la escuela, y usaban la conspiración universal -que los ingleses, los judíos y los capitalistas estaban complotando contra el pobre pueblo italiano, se decía entonces-. Con Hitler fue igual. Y Berlusconi se pasó todas sus campañas electorales hablando de la doble conspiración de los jueces y los comunistas. Ya no hay más comunistas dando vueltas, aunque los busquemos con linterna, pero para Berlusconi ahí estaban tratando de tomar el poder".Volviendo al Caballero Rosacruz y al dilema de su grado, que tanto dolor de cabeza nos está dando, y nos dará, al ser asimilada su figura a la del Buen Pastor de extracción cristiana, una asociación muy difícil de desvincular, como ya se verá, porque el sentido de la religiosidad lo impregna todo y se adhiere a todo; el simbolismo del grado, decía, descrito por el diccionario enciclopédico de la Masonería, conlleva un mensaje distinto al de cualquier ortodoxia, que implica y explica el vínculo del ser humano con la Naturaleza y, como tal, refleja la idea de nacimiento, muerte y regeneración. “De aquí la teoría mantenida por los modernos Rosa Cruz del sistema filosófico; y es, que como en la Naturaleza, todo nace, se destruye y se regenera sin cesar, la Generación, la Destrucción y la Regeneración, son las fases principales que constituyen el fondo de este grado, que considera también, como el desarrollo teórico de la doctrina contenida en los tres grados simbólicos o primitivos de la francmasonería universal”.Durante su práctica litúrgica utilizan la palabra I.N.R.I., Igne Natura Renovatur Integra, que significa la naturaleza se regenera por el fuego, de significado muy explícito y fácilmente deducible de todo lo ya dicho.También celebran su ágape al que denominan Cena Mística.Pero esta descripción del grado invoca un simbolismo pre-cristiano del que luego se va a apoderar la Iglesia como ya dije, dándole su impronta.Continuará de esta manera el estancamiento discursivo y de hecho, y el forcejeo entre doctrinas tan contrapuestas como la del clero y su interpretación rígida e inmutable, de apropiación y dominio del símbolo, al cual somete a su versión, y es esta versión ya digerida la que devuelve a la sociedad; y por otro lado, el de una entidad como la Masonería que en apenas un lapso de 300 años de existencia se ha dispersado y vuelto más compleja en sus estructuras y diversidad de Ritos y postulados, dando nacimiento a distintas Masonerías, pero intentando siempre preservar esa cualidad de librepensamiento con la cual han sido caracterizados o identificados sus miembros, misión no siempre exitosa y con muy variados resultados según las épocas.Dice el diccionario masónico: Una alta misión se impone el francmasón al obtener el grado de Caballero Rosacruz, “constituyéndole en pastor celoso y vigilante, encargado de conducir e ilustrar a los hombres y de separar de su camino todo aquello que pudiera dividirlos, allegando y facilitando, en cambio, todo aquello que pueda aproximarlos y unirlos fraternalmente.” Y aquí se presenta esa conexión fatal e indisoluble de la que hablaba anteriormente, una asociación ya irreversible, una vez establecida en el imaginario colectivo, entre el ritual o rito masónico como acto ceremonial y el sentido de la religiosidad encarnada en el ideal de la pastoral cristiana. Foucault señalaba un punto de inflexión en el siglo XVI: "La Reforma y la Contrarreforma son grandes revueltas en torno al derecho de ser gobernado y a saber cómo y por quién, tenían una conexión concreta con una profunda reorganización de poder pastoral".
Algunos autores han querido ver aquí alguna conexión de Lutero con el movimiento ideológico, político y libertario de los Rosacruces, ya que su anillo o sello consistía en una rosa y una cruz entrelazadas, y fue un discípulo suyo y también clérigo, Valentín Andrea, quien elaborara varios de los manifiestos tan conocidos de dicho movimiento, aparte de alguna Utopía, como la llamada Cristianópolis.La doctrina que predicó Lutero como abanderado de la Reforma se basaba en una Biblia abierta y su libre interpretación, conservando solo dos sacramentos: el bautismo y la comunión. Dice Foucault: “¿Qué es el poder sacramental, el poder del bautismo? Llamar a las ovejas al rebaño. ¿El de la comunión? Dar el alimento espiritual.” Según Foucault, “frente a su comunidad, el pastor tiene una tarea de enseñanza.” “También es preciso que la enseñanza pase por una observación, una vigilancia, una dirección ejercida en cada instante y de la manera menos discontinua posible sobre la conducta integral, total de las ovejas.” “El pastor no debe limitarse a enseñar la verdad. Debe dirigir la conciencia.” Es evidente que en este contexto, cualquiera sea la institución, la espiritualidad laica no puede existir, crecer y expandirse. Graham Greene, en Vías de escape: “Esto me recuerda otro almuerzo memorable en una suite del Dorchester, cuando Sam Zimbalist me preguntó si quería revisar la última parte de un guión que había preparado para otra versión de Ben Hur: “Lo que nos preocupa es que la acción decae después de la Crucifixión ”, dijo.” La acción quizá decayó un poco en aquel momento crucial, pero no cesa. En ese punto empieza a gestarse una de las historias más fuertes del dogma y la de su contra-parte, el laicismo, al que le ha costado siglos asomar la cabeza y cuya misión actual es ponerle un tope a aquel y devolverlo a su sitio, por el camino de la razón y la ley, sin mediadores ni pastores de conciencia. Le compete a los espíritus críticos sofocar cualquier injerencia invasiva a su libertad de pensamiento y salvaguardar las instituciones en las que este pueda prosperar.