La película esta carente de ritmo, se me ha hecho muy pesada, tanto que la he tendió que ver en dos veces, y la he terminado por ver si con el final mejora, cosa que no se ha cumplido, pues el final es de lo peor de la película.
Su director Oliver Parker, nos presenta una película vacía, pues no transmite nada, ni el drama que los protagonistas desarrollan, ni asusta como para ser una película de terror, ni apasiona como una película romántica podría hacerlo.
Quizá uno de los problemas haya sido la elección del protagonista, pues Ben Barnes, no llega al público con su pésima actuación (a lo mejor a las adolescentes sí), y no resulta nada convincente en ninguna de las fases del personajes, ni la del paleto que vuelve a la ciudad, ni el noble que se va formando, ni la persona retorcida en la que acaba convertido.
Menos mal que por lo menos, pasaba por allí el siempre correcto Colin Firth, y salva algo de la película, aunque su personaje esta mal dibujado, y el actor haga lo que pueda con lo que tiene.
La ambientación por lo menos es buena, y aunque en alguna escena se note demasiado la CGI, es pasable.
En definitiva, hacía tiempo que no me pasaba, pues me considero bastante indulgente, pero esta no la recomiendo, y estoy seguro que si ya la has visto, o te decides a verla, pronto la olvidaras, pues una de esas película que no te atreves a volver a revisar.