Ojalá ese rostro compungido y humilde haya sido sincero y producto del arrepentimiento. Personalmente, me inclino a pensar que fue una impecable operación de imagen protagonizada por un buen profesional motivado, aunque demasiado ambiguo y poco claro.
Hay una forma de comprobar si el gesto es sincero o no. Si el rey estuviera convencido de que hizo mal al practicar la caza y el lujo mientras la España que le paga el sueldo sufre privaciones y humillaciones por culpa de los políticos y malos gobernantes, entonces debería exigir, como jefe de Estado, a sus "colegas" poderosos que hagan lo mismo, que se dirijan al pueblo al que han vejado y arruinado para pedir perdón.
Veremos si Zapatero, Rubalcaba, Camps, Urdangarín y los miles de canallas y ladrones que han robado, despilfarrado, endeudado el país hasta la locura, mentido con alevosía, saqueado las cajas de ahorro y hasta esquilmado al ciudadano y al mismo Estado también piden perdón y cambian de conducta.