El rey Felipe VI, en su discurso, marca distancia con la lamentable clase política española

Publicado el 25 diciembre 2020 por Franky
Muchos españoles, muchos más de los que querían tipos como Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y sus tribus del odio a España y a la democracia, gritaron en la noche del 24 de diciembre del año más amargo en las últimas décadas ¡Viva el Rey! El discurso del monarca inyecto una bocanada de esperanza y aire fresco en el putrefacto ambiente político español. --- El discurso del rey Felipe VI en la Navidad de 2020 le aleja de la miserable clase política española y le acerca al pueblo y a la esperanza. Ha sido un discurso ético, mesurado, elegante, preciso y esperanzador porque ha demostrado que en el Estado español, prostituido y maltratado por el gobierno y la clase política en general, salvo pequeñas excepciones, quedan personas decentes y con honor y respeto a los valores.

Ha aludido a las chorizadas de su padre, pero sin nombrarlo y con elegancia, afirmando que los principios morales y éticos que los ciudadanos reclaman de nuestras conductas "nos obligan a todos sin excepciones", lo que equivale a decir que obligan a él mismo, a su padre y también a los políticos, muchos de los cuales acumulan mas desvergüenzas corrupciones y delitos que el vapuleado rey emérito.

También ha defendido el valor de la Constitución y se ha referido a los estragos de la pandemia, destacando el dolor de las familias que han perdido alguno de sus miembros. Ha lanzado un mensaje de esperanza cuando dijo que "Con esfuerzo, unión y solidaridad, España saldrá adelante. Con todos y para todos. Y, como Rey, yo estaré con todos y para todos".

Finalmente, sus menciones al valor de la sociedad, a la crisis provocada por la pandemia y a la injusticia que soportan los jóvenes, a los que el país no ha sabido ofrecerles un futuro, han sido oportunas y decentes.

Pero lo mejor de todo es que el discurso ha marcado una gran distancia con respecto a la clase política y ha demostrado ante los españoles, indignados ante el comportamiento cobarde, corrupto, codicioso y torpe del gobierno y de gran parte de los dirigentes políticos, que en el sistema vigente es posible ser leal, decente y eficaz.

Francisco Rubiales