Sunny trata el tema de la amistad, y de la amistad entre chicas. También tiene tono buen rollero. Vamos, sería la típica película de la que huiría si se hubiera hecho en Estados Unidos. Pero está hecha en Corea, y se nota. Si Corea me regaló la comedia romántica perfecta con My Sassy Girl, también me regala la mejor película sobre amistad entre un grupo de chicas que he visto, pese a los intentos de los americanos.
La película retrata la amistad entre un grupo de chicas del instituto, y su reencuentro en la edad adulta. Parece un poco típico, pero Sunny es una de esas películas que, dentro de lo aparentemente tópico de su argumento, sobresale y te ofrece algo distinto. La amistad entre el grupo de chicas es muy creíble, porque lo que enseña es lo que supone tener amigas a esa edad: las tonterías que haces con ellas, los líos en los que te metes, los ratos que se pasan juntas, los problemas que van surgiendo... Las ves, y te dan ganas de volver a esa edad y divertirte como se divierten ellas.
La película me hizo recordar buenos ratos con amigos, y a acordarme de apreciarlos otra vez. Pero también me recordó que la vida y los años pasan, y que no todo sale según el plan. Y que hay gente que se nos queda por el camino.
A mí Sunny me hizo reír, y me hizo llorar. Me hizo reflexionar sobre mi propia vida, y es una de esas películas que de verdad me han hecho disfrutar: no es solo que sea entretenida o en algunos momentos emocionante, es que tiene algo especial. Un algo que te deja una sensación impagable cuando acaba la película, entre felicidad y nostalgia.
Nota: 9/10
PD: Como curiosidad... Muchas de las actrices que hacen de las chicas de instituto tienen más de 20 años, pero parecen unas crías de verdad. No como en España, que cogemos a gente de más de 30 para papeles de adolescente que no hay quien se crea.