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El Rinconcillo Botánico, VIII: zarzaparrilla
Encamineme esta mañana en compañía de mi cuñao Manué hacia la llamada "Cueva de las Pinturas" con el propósito de conseguir pigmentos naturales con el que fabricar algunos colores al óleo cuando, ya en la boca de la enorme caverna, tropeceme con estos graciosos racimillos de bayas que produce la Smilax aspera, esa planta que se nombraba muchas veces en las películas del Oeste, cuando a los niños le daban algún refresco en aquellos tiempos anteriores a la Mirinda (mi tío Pepe me contaba que fue un gran consumidor de esa bebida cuando jovencillo).
Me refiero, claro está, a la zarzaparrilla. ¿Alguien de los presentes ha probado tal bebedizo? Servidor, no desde luego. De todas formas, si algunas vez os topáis con esta planta, no seáis burros y os comáis las bayas como si fueran moras de zarza... ¡El refresco de zarzaparrilla se elabora con sus raíces! Atchung!: ¡las bayas pueden ser muy tóxicas!
Ahora que caigo, ¿he dado entrada alguna vez en este apartado botánico a alguna planta que no sea venenosa, urticante o apestosa? Vaya por Dior (hola, Vichoff), a ver si mañana mismo presento alguna especie toda benéfica, odorífera o, al menos, inocua.
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