El Guadalquivir es el río grande andaluz. Wadi al-Kabir, tal y como lo denominaron los árabes.
Nadie puede dudar de su naturaleza profundamente andaluza, ya que sus 657 kilómetros discurren por nuestra comunidad y en su valle vive más de la mitad de nuestra población.
Arteria de la región, ha condicionado la fisonomía de nuestra tierra y el carácter de nuestro pueblo.
A lo largo de la historia, la riqueza de su cuenca y su condición de río navegable han atraído hacia el sur a las civilizaciones tartésica, fenicia, romana, visigoda, árabe y vikinga.
Mareas culturales que han dejado huella en sus riberas y sus gentes, conformando con el correr del agua y del tiempo una identidad propia que el devenir histórico convertiría en puerta abierta al mundo.
Desde su desembocadura, a bordo de galeones y naos, se impulsaron grandes descubrimientos geográficos y se abrieron nuevas rutas comerciales y de conocimiento.
El río nos proporcionó una manera de vivir, una cultura milenaria, riega nuestros campos y vertebra nuestra tierra.