El rol de la religión en las elecciones de EEUU (1/2)

Por Zegmed

Este es un artículo mío que recientemente fue publicado en la revista jesuita Intercambio (No. 22, Lima, Febrero, 2013). Lo reproduzco aquí porque creo que lo pueden encontrar interesante. Espero que en las semanas que vienen pueda publicar algunas cosas de mi trabajo más académico, aun cuando este texto se encuentra relacionado a muchas de mis preocupaciones de ahora y de siempre.

El rol de la religión las elecciones de Estados Unidos

Las elecciones presidenciales en Estados Unidos (EEUU) se realizaron ayer, martes  7 de noviembre. Los resultados, a mi juicio, fueron algo más contundentes en relación a lo esperado. Si bien existía un cierto ánimo tímido que pronosticaba la victoria de Obama, lo cierto es que esta fue categórica: alrededor de tres millones de votos individuales y cerca de 100 votos electorales por encima del candidato republicano.  La victoria fue sólida, aunque eso no resta importancia a la enorme división del país. A este respecto las estadísticas muestran la otra cara de la moneda: solo un 2% de diferencia a favor de Obama. En resumen, la victoria fue sólida, pero esta debe ser entendida en el contexto de un país dividido.

Son muchas las cosas que pueden comentarse en un artículo sobre las elecciones estadounidenses, pero para ser honestos, quien escribe no es un especialista en políticas públicas ni en teoría política, aun cuando se trata de materias de mi profundo interés. En ese sentido, propongo revisar las elecciones desde un ángulo que me resulta más cómodo: quisiera que dediquemos unas breves líneas a pensar en la mencionada división de los EEUU desde la perspectiva religiosa. Podríamos plantear la pregunta en estos sencillos términos, ¿cuál ha sido la influencia de la religión en el proceso electoral de este martes?

Empecemos con una mirada rápida de las cifras de las que disponemos a la fecha, las mismas que provienen de las encuestas a boca de urna realizadas por el equipo de CNN[1]. Según esta información, las personas que atienden a servicios religiosos todas las semanas o más de una vez por semana, quienes conformaron en el estimado de CNN el 42% de los votantes, decidieron mayoritariamente por Romney: 58% en el caso de los primeros y 63% en el de los segundos. Lo interesante es que en la medida en que baja la participación religiosa, aumenta el voto demócrata. Así, quienes atienden algún servicio religioso una vez al mes votaron en un 55% a favor de Obama; los que lo hacen algunas veces al año, 56%; los que nunca lo hacen, 62%.

¿Qué nos indican estos números? Pues que las personas religiosamente más activas votaron mayoritariamente por el candidato republicano. Ahora, ¿cuál podrían ser los presupuestos de ese dato estadístico? Aparentemente, que Romney es percibido por las mayorías más activas en el terreno religioso como un presidente que respetaría, si es que no compartiría, las creencias religiosas del votante en cuestión. Obama parece encontrarse en la otra orilla a este respecto, aunque se trata de una orilla en la que encallan los botes del 57% de los electores, situación que explica parcialmente la victoria del presidente en funciones.

Veamos un último detalle mostrado por las cifras. Si apelamos a la división por denominación religiosa, las cifras señalan lo siguiente: los protestantes (53% de los electores) favorecieron en un 57% a Romney; los católicos (25%) votaron por Obama en un 50%; los judíos (2%) estuvieron con Obama en un 69%; el rubro “otros” (7%) ungió al actual presidente en un 74%; finalmente, las personas sin confesión religiosa (12%) votaron por Obama en un 70%. Estas cifras no muestran nada muy diferente de lo anterior, pero permiten hacer algunas precisiones a modo de hipótesis: a) los protestantes posiblemente conforman el grupo más religiosamente activo; b) hay una notoria división al interior del catolicismo. La hipótesis sugerida en a) requiere mayor elaboración, pero parece claro para cualquiera con algún conocimiento general de las denominaciones protestantes en los EEUU que estos grupos tienen en mayor o menor medida cierta influencia de la moral victoriana, lo cual hace que difícilmente separen sus convicciones religiosas de las políticas. En ese sentido es posible entender una dimensión importante del apoyo mayoritario a Romney, el candidato más conservador en relación a problemáticas religiosas.

Sin embargo, es b) la hipótesis que concentra mi mayor interés. El mundo católico estadounidense, al menos aquel que participó de esta elección, favoreció a Obama con una ligera ventaja de 2% sobre su oponente republicano. A mi juicio, esta situación tiene algunas consecuencias relevantes. Rescato la que considero más representativa, a saber, el distanciamiento entre la autoridad del Magisterio y la praxis católica.


[1] http://www.cnn.com/election/2012/results/race/president

*Imagen tomada de http://cloudfront3.bostinno.com/wp-content/uploads/2012/11/121008065153-romney-obama-100812-story-top.jpeg