Cuando empecé a jugar tenía doce años y me metí de golpe y porrazo con El Señor de los Anillos, el libro rojo que editó JOC y que era una versión del Rolemaster ambientada en la Tierra Media. Luego vendrían Aquelarre, La Llamada de Cthulhu y Rolemaster. Eso hasta los diecisiete años en los que tuve un parón importante hasta retomar el rol con Vampiro a los veinte años.Intentar atraer ahora mismo a un jugador nuevo usando el MERP a algunos les parece una burrada. ¡Dónde vas con tanta tabla! ¡Pero si todo son números! ¡¿Cómo voy a mirar cuanto hago de daño en una tabla?!Y claro, a uno le llevan los demonios cuando lee u oye eso. Porque sí. Porque ya está la sociedad bastante idiotizada con el todo fácil y todo mascadito como para que algo que el único esfuerzo que requiere es pensar se tenga que idiotizar.Empezamos con usar d6's para todo, porque es el dado más común y se encuentra en todas las casas. Seguimos por empezar a cambiar los números por palabras y no tener un +5 en armas contundentes sino ser soberbio con la maza enana. Introducimos conceptos que antes eran impensables en un juego de rol como el ganar o el perder, y cuando te dejan sin puntos de vida no mueres sino que te puede pasar algo a criterio del DJ (te hacen prisionero, pierdes una pierna, te quedas ahí hasta que pase alguien...). Y no, por ahí ya si que no paso. No podemos hacer como la RAE y dar por buenas auténticas patadas al lenguaje porque todo el mundo habla así. No podemos meter en todos los juegos mecánicas como los aspectos o los puntos de destino para facilitar las cosas al jugador y no todo puede estar bajo el mismo sistema para que la gente pueda jugar a todo sin leerse el manual.
El horror, el horror
Porque el rol, entendiéndolo como yo lo aprendí, son matemáticas puras. Estadística, probabilidad, sumas, restas, tantos por ciento e incluso raíces cuadradas. ¿Acaso es casualidad que el 90% de los jugadores de rol con los que he tenido trato sean informáticos? No, no lo es.Matemáticas, decía, y mucha imaginación (informática pura, oiga), mucho darle al coco para saber cómo se atraviesa esa puerta, cuál es la solución al enigma o si ese tío tiene una pistola o es que se alegra de verme. Cabeza coño, pensar un poco y disfrutar con ello.Pensar. Esa es la raíz. A la gente de ahora o le gusta pensar, no le gusta lo difícil. Les gusta sentarse en una mesa a jugar a un juego con una mecánicas fijas y repetitivas. Que les digan lo que tienen que hacer, todo regladito y mascadito. No les gusta pensar y les da miedo decidir por ellos mismos. No les gusta leer, y eso es otra parte fundamental del rol. Leer. Pensar. Imaginar. Decidir. Eso es lo que ofrecen los juegos de rol, y si nadie está dispuesto a pasar tres, cuatro o cinco horas el problema no es del rol sino de la persona.
Todo esto de la casualización, de llegar a más público facilitando las cosas, no sólo ocurre con el rol. Los videojuegos también sufren este mal (puta Wii). La literatura ya ha sucumbido (¿cuantas novelas clones de la obtenebración de Mr. Grey habéis visto anunciadas los últimos 6 meses?) o el cine. El ocio, porque al final todo esto no deja de ser ocio, se está aborregando para poder aborregar al público, y si dejamos que el rol también se mancha de esta lacra vamos de culo.