Luego de su espectacular e innovador Sauvignon Blanc sudafricano, Ricardo ha lanzado al mercado un Syrah también sudafricano y luego, desprendiendose de su apellido (Larrivee) en las etiquetas, un Monastrell español que ha dado que hablar. Ahora, es el turno de lanzarse a la aventura de posicionar este rosado francés como uno de los imperdibles en las góndolas de la SAQ. Tarea ambiciosa y no sencilla, ya todos sabemos cuan competitivo es el mercado de vinos en esta provincia. No obstante, la visión comercial de Ricardo, la seguridad de que este es otro vino elaborado por enólogos internacionales cuidadosos de sus terruños, y el carisma de saber cómo captar al consumidor local con propuestas abordables, son a mi entender garantías de que este vino será otro de sus éxitos.
Marina La Forgia