Con El rostro del mal, el escalofriante retrato de un hombre corriente enfrentado al verdadero significado de la maldad, Thomas Berger vuelve a demostrar su insuperable maestría para explorar los límites de nuestra aparente seguridad y para convertir la vida cotidiana en una pesadilla.
Como si de una película se tratara. Mucho suspense y muchos imprevistosEste tipo de libros son los que más me gustan porque tienen de todo; suspense, asesinos (?), tensión, situaciones que te ponen los pelos de punta...Antes que nada quería mencionar una cosa. Hay veces que en las sinopsis se cuenta más de lo que se debería y creo que esta es una de esas veces, creo que gran parte de la sinopsis son spoilers, a lo mejor para algunos no lo sean, pero es mi punto de vista.Ahora al lío.
El comienzo de la novela es simplemente genial. Engancha ya desde las primeras páginas y esta sensación no desaparece hasta que te has leído todo el libro. Gran parte de la culpa la tienen sus personajes, que son totalmente imprevisibles y de algún modo, o al menos esa es la sensación que me dio, algo inestables psicológicamente. Tenemos al protagonista, John Felton, un padre de familia un tanto prematuro con, aparentemente, una buena vida. El día en que Richie llama a su puerta se convertirá en el peor día de su vida y esto le hará hacer cosas que nunca pensaría que se atrevería a hacer. Richie, por su parte, es un hombre misterioso que iremos conociendo a medida que se desarrolla la historia, solo diré que es alguien al que no te gustaría encontrarte. La tercera en discordia es Sharon, una chica de la que no sabemos mucho y que sin quererlo se ve metida en toda la trama.La trama se desarrolla a lo largo de un solo día, toda la emoción esta concentrada.A medida que avanza la historia te vas metiendo más en ella y te va dando rabia algunas cosas. Sobre todo cosas que hace Richie, que no ves normales, y cosas que no hace (y que debería hacer) John para salir de las situaciones en las que le mete el primero. Con esta novela sentí como si estuviera viendo una película. Una de las cosas que más me dio rabia fue la actuación policial, que como en las películas, siempre meten la pata, no están cuando se les necesita y no creen a quien deberían creer, este es uno de los puntos que más me ha puesto de los nervios mientras leía la novela, aunque supongo que esa era la intención del autor. Del final tengo que decir que por una parte me lo esperaba pero no de esa manera. Me faltaron algunas páginas del final para finiquitar bien la historia, es como si la hubiera dejado en puntos suspensivos.
Sin duda es una novela que recomiendo mucho a los amantes del trhiller y del suspense. Es un libro que te mantiene con la atención en todo momento y que no querrás soltar hasta a acabarlo, como me pasó a mí.