El ruido y las nueces

Publicado el 26 enero 2015 por Jcromero

Ante un desliz o metedura de pata, lo primero es afrontar la situación de manera digna, cierta y convincente. Algo tan simple como el reconocimiento de la pifia y la adopción de cautelas para no repetir el error, se resiste a la mayoría de unos políticos que suelen preferir el ruido a las nueces.

El mediocre no se equivoca nunca, tiene razones para todo y es capaz de alegar contra cualquier evidencia, incluidas inestabilidades imaginarias, mentiras reales —el PP nada tiene que ver con la Gürtel— o complicidades tipo “Luis, sé fuerte”. El mediocre piensa que los éxitos son cosecha de su talento y capacidad, mientras que sus incumplimientos los endosa a la coyuntura o a la herencia recibida. Nada más necio que un mediocre colocado en un cargo de responsabilidad. ¿La excepción?, cualquier político en campaña. De Susana a Mariano hay diferencias, pero cada día hay que forzar más la vista y otros sentidos para apreciarlas.

La presidenta de la Junta de Andalucía ha decretado la inestabilidad de su gobierno. Puede que responda a una realidad o a una simple argucia. En todo caso es de suponer que su concepto de inestabilidad política sea algo de mayor enjundia que los pulsos, roces y rivalidades usuales en toda organización. La presidenta de la Junta, con la convocatoria de elecciones, lanza un órdago arriesgado porque, aún en la hipótesis de conseguir una mayoría absoluta en marzo, ¿en qué posición deja al PSOE para el día después de las elecciones municipales o autonómicas de mayo?

Dime de qué presumes y te diré de qué careces. Los políticos tienen cada vez menos reconocimiento ciudadano y algunos partidos menguan su capital de manera irreversible. Hay uno que merece pasar una larga temporada en el ostracismo y otro que, lejos de recuperar el afecto perdido, se enfanga en una lucha cuartelera para, otra vez, sepultar la voluntad de sus bases. Ya sucedió con Josep Borrell. Resulta revelador que, en una democracia como la que dicen que disfrutamos, los dos partidos que han tenido mayor apoyo electoral repudien, de una manera u otra, la democracia interna. Cada vez que el PSOE recurre a las primarias, si la respuesta no es la deseada, se fuerza la situación para volver al poder de los jarrones chinos y otros trastos que ya deberían estar en algún punto limpio. En el PP, la democracia interna se sustituye por la voluntad del líder. Hay datos para conocer la catadura política y ética de las principales fuerzas políticas. Sabemos que el partido que gobierna es una organización putrefacta, que lleva décadas saltándose la legalidad pero, encuestas al margen, puede que vuelva a recibir un apoyo electoral suficiente para continuar menguando derechos, esquilmando libertades y desarrollando el retorno a una esclavitud laboral en condiciones y sueldos.

Nos queda Podemos. Yo no soy de Podemos, pero estoy con Podemos. No me gusta la «centralidad del tablero» ni quienes se sitúan al margen de las ideologías o quienes dicen no ser «ni de derechas ni de izquierdas», tampoco quienes se parapetan de ese simplismo de “lo que diga la gente” para salirse para irse por los cerros de Úbeda. No soy de Podemos aunque les votara hace unos meses y les votaré en las próximas por simple asepsia democrática. Escucho a su líder en una de esas tertulias espectáculo que se montan los sábados por la noche. Me decepciona y aburre. Reconozco que su irrupción ha supuesto un revulsivo y sé que en este país cuando alguien destaca siempre aparecen los mediocres para airear miserias y convertirse en estrellas de la noche. Su intervención me resultó tan cansina como la verborrea de Inda y tuve la impresión de que Podemos comienza a responder a las críticas y felonías como lo hacen el resto de partidos y, sinceramente, más de lo mismo ya es suficiente.

Opciones y siglas aparte, la madurez de los pueblos no se mide por la papeleta que puedan depositar en las urnas cada cierto tiempo sino por el compromiso de sus ciudadanos en la defensa de los intereses colectivos, por saber elegir entre todos a los mejores y diferenciar el ruido de las nueces.

Es lunes, escucho a  Clarence  Penn:

Podemos también es democracia, Viviendo en dimensiones paralelas, Sobre el poder y sus implicaciones, Podemos, Semana Santa y desinformación, ¿Son irrealizables las propuestas de Syriza o Podemos?, “El coletas” vs “Don Pantuflo”,  ¡Vaya panorama!: política española, Juntos por un gran país, Syriza y el futuro de Podemos, La voz del dolor, la voz del cambio,  PSOE versus PSOE.

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