Título: El ruiseñor.Autora: Kristin HannahEditorial: Suma de Letras, 2016Páginas: 576.
Resumen oficial.
Francia, 1939. En el tranquilo pueblo de Carriveau, Vianne Mauriac se despide de su marido, Antoine, que debe marchar al frente. Ella no cree que los nazis vayan a invadir Francia, pero lo hacen, con batallones de soldados marchando por las calles, con caravanas de camiones y tanques, con aviones que llenan los cielos y lanzan bombas sobre los inocentes. Cuando un capitán alemán requisa la casa de Vianne, ella y su hija deben convivir con el enemigo o arriesgarse a perderlo todo. Sin comida ni dinero ni esperanza, Vianne se ve obligada a tomar decisiones cada vez más difíciles para sobrevivir.
La hermana de Vianne, Isabelle, es una joven rebelde de dieciocho años que busca un propósito para su vida con toda la temeraria pasión de la juventud. Mientras miles de parisinos escapan de la ciudad ante la inminente llegada de los alemanes, Isabelle se encuentra con Gaëton, un partisano que cree que los franceses pueden luchar contra los nazis desde dentro de Francia. Isabelle se enamora completamente pero, tras sentirse traicionada, decide unirse a la Resistencia. Sin detenerse nunca para mirar atrás, Isabelle arriesgará su vida una y otra vez para salvar a otros.
En el amor descubrimos quiénes queremos ser.En la guerra descubrimos quiénes somos en realidad.
Impresión personal.
Hay ocasiones en que una lee simplemente para entretenerse. Otra gente hace bolillos, se engancha a una serie o juega a Candy Crush Saga, o varias cosas a la vez. Tengo que reconocer que cuando leo algún libro ambientado en la II Guerra Mundial o en la Guerra Civil ando buscando, más que entretenimiento, que me emocione, que me quede un poso por mucho tiempo, que en muchas ocasiones se me vengan a la memoria escenas y personajes, y también me gusta aprender todo lo que aún no ha sido contado, escuchar a quienes no han tenido voz y ver sus puntos de vista para que no caigan en el olvido. Todo eso ha sido El Ruiseñor para mi, una experiencia en el sentido más amplio de la palabra, desde que empecé hasta que con ansia y con mucha pena, llegué al final. Y las experiencias así vividas no se olvidan, incluso buscaré repetirla alguna vez ¿quien sabe? A veces, una necesita colocarse en la realidad que vive y analizarla desde los ojos de quienes vivieron en épocas y situaciones tan duras, para mirarse al espejo y decirte ¿de qué te quejas?
Deportados judíos franceses, vigilados
por la Policía Francesa
Sin embargo, las dos mujeres evolucionan y .... de qué modo. Me ha encantado ser testigo de la valentía oculta en el interior de Vianne, de su ternura y de su entrega a los más débiles. Una valentía que no deja de asustarla y de sorprenderla. Como si la Vianne del principio se sorprendiera a la vez de la Vianne que toma las riendas de su vida y de la de su hija sin reconocerse. Y, ¿cómo no? he sufrido y he rogado porque la valentía, la heroicidad y la grandeza de la mujer en que se convierte Isabelle, diera sus frutos y consiguiera sus objetivos ante la maldad y la cobardía de los nazis que asolan su país. El Ruiseñor es una historia de mujeres; de esas mujeres que la historia escrita por los hombres invisibiliza como si lo único que existiera en una guerra es la empuñadura de un fúsil o liarse a mamporros con el enemigo. La guerra que provocan siempre los hombres no se queda nunca en ellos. Trasciende, sobre todo, a la lucha que mantienen las mujeres, los niños y los ancianos de cada lugar. Son víctimas y héroes callados que mantienen el puesto con otras armas más inteligentes, pero tan efectivas como las que escupen fuego. Kritin Hannah pone voz a todas esas mujeres que ayer y hoy luchan a su manera en esas guerras. Me quito el sombrero ante ellas, sin duda.
Iglesia de Oradour sur Glane
Entre ellas, otros personajes que se autodescubren. Desde el nazi que se instala en la casa de Vianne, cruel como otro cualquiera, pero que acaba sintiendo también que mucho del terror que están provocando no es su causa. O la gente de pueblo de Carriveau que contempla atónito como sus calles son ocupadas por el enemigo y pasan de la inacción a dos posturas enfrentadas: los que luchan en la sombra contra el enemigo mediante pasquines, escondiendo fugitivos, luchando; y los que se convierten en aliados y chivatos y hasta verdugos de sus propios vecinos deteniéndolos, denunciándolos y amenazándolos. El resto intenta sobrevivir como puede frente al frío, el hambre y la enfermedad y el miedo permanente.El Ruiseñor está genialmente ambientada y tan bien escrita, de una forma tan cuidada y cálida que, entre el terror de lo que ocurre en las vidas de las dos hermanas, puedes sentir la emoción de escenas llenas de ternura, de amor y de esperanza. Ya he leído antes historias sobre el papel de la resistencia francesa frente a los nazis y también del horrible papel que muchos franceses jugaron a la hora de entregar a sus ciudadanos judíos al enemigo, pero esta historia está relatada de una forma muy personal, muy desde dentro de las personas más que de realizar un relato de cada uno de sus pasos. Me han pesado más el comportamiento y los sentimientos de los personajes de la resistencia, que los hechos que realizaban y que muchas veces intuyes sin que se cuenten en detalle. Por otro lado, he buscado muchos de los hechos que se relatan y tristemente me he encontrado con que muchos de ellos son verdad y extraídos de la realidad más dura.
No me extiendo más. No es necesario aunque podría estar charlando de esta novela mucho tiempo. Me ha emocionado profundamente y aunque hace ya una semana que la terminé, sigo pensando en ella. De vez en cuando se me vienen ráfagas y me imagino a Isabelle y a Vianne en diversas situaciones, al nazi que dispara a la cabeza sin que le tiemble el pulso, al padre redimiéndose y a tantos otros que vencieron al miedo y al odio aún a costa de sus vidas y la de sus familiares más queridos.
No debéis dejar de leerla, de veras.