Cuando Jeffren marcó el último, Mourinho ya tenía a Pepe en su cabeza. Ese día el Madrid llegó a Barcelona a jugarle de frente, sin miedos, como siempre a lo largo de su historia. La de Mourinho en el campo catalán había sido todo lo contrario, sus partidos con el Inter o Chelsea siempre fueron planteados en base al juego catalán, ese día se traicionó.
Llegó el amistoso del Bernabéu, y Mourinho volvió a ser Mourinho en el momento adecuado, y se pasó la historia del Real Madrid por el ‘cayetano’. Para muchos, el Madrid en su campo no puede salir jamás con ese miedo al Barça porque su leyenda no se lo permite. Pero esos aficionados que piensan eso parece ser que ignoran que otro batacazo contra el Barcelona mermaría parte de esa leyenda, y lo que es peor la mentalidad de unos futbolistas que difícilmente superarían otro ‘repaso’ teniendo tres partidos más contra el mismo equipo. Hasta Di Stefano lo ha criticado, pero sepa usted Don Alfredo que gracias al portugués usted verá con algo de esperanza esta Final de Copa. Nadie puede olvidar las dos últimas visitas del Barça al Bernabéu, y nadie puede olvidar que Mourinho ha evitado un baño más que previsible manteniendo intacta la ilusión de jugadores y aficionados de cara a partidos venideros.
Él sabe mucho más, mientras todos pensábamos en un posible partidazo del Barça o en un recorte de puntos del Real Madrid, él tenía claro su objetivo, había que hacer un partido para olvidar, que no influyera en la Gran Final, y creo que lo ha conseguido. Del partido del Sábado ya nadie se acordará.
Hoy es otro cuento, creo que Mourinho será Mourinho hasta el final, juega contra el mejor equipo que nunca ha existido, la distancia entre los dos conjuntos es bestial, pero un gran entrenador puede hacerla muy pequeña. Ha dicho Cruyff que “Mourinho es un entrenador de títulos…” y eso es lo que hoy buscará...aunque le dé tres patadas al fútbol. Éste lo pondrá el Barça, para ellos, lo del Sábado fue sólo una pachanga…