Hacía más de 15 años que estuvimos en el Salt del Cavall y teníamos ganas de volver, así que aprovechando uno de esos días en que las constelaciones se alinean para que pudiéramos ir solos, y nos escapamos a visitarlo de nuevo siguiendo la ruta de Dani creador del blog Per Dalt i Per Baix.
El punto de partida es Araya, una pedanía de Alcora. Y la referencia es el bar, ya que el poste indicativo de la ruta está justo al lado. Así que después de un buen bocata de tortilla con jamón para almorzar nos ponemos en marcha.
El inicio de la ruta es por pista, dejando atrás el pueblo y a la izquierda una cantera en funcionamiento. A poca distancia nos encontramos con el despoblado del Mas de Rogle.
Siempre da pena ver estos despoblados, con viviendas que se van echando a perder año tras año, y siempre nos preguntamos si no se podrían recuperar, pero esto ya se sale del tema.
Seguimos por la pista hasta encontrarnos con un cruce de distintos senderos, pero nosotros continuamos a la derecha por la pista hasta encontrarnos con el barranco del Salt del Cavall, y nos metemos en él. Al principio consiste en caminar sobre los cantos rodados del cauce encajonado, pero poco a poco va cambiando la morfología, transformándose los cantos en bolos y luego en inmensas rocas, y las paredes del cañón van creciendo en altura.
Pasear por este entorno, sorteando las dificultades del camino, charlando, con tranquilidad, sin ruido de fondo, es encantador.
En un punto determinado nos encontramos con un cartel indicando que entramos en una zona de micro-reserva de flora. Ya no entra el sol en el desfiladero. Las rocas moldeadas por el paso del agua a lo largo de los años, las pequeñas pozas, todo es un deleite, hasta encontrarnos por fin con el Salt del Cavall, del que se cuenta una leyenda.
Decididamente hemos de traer a los niños a verlo.
Después de miles de fotos continuamos por el barranco, que empieza a abrirse y nos llegan de nuevo los rayos de sol.
Oímos unos golpes, pero no puede ser porque estamos solos. Alzamos la cabeza y vemos unas cuantas cabras que están tan sorprendidas de vernos a nosotros, como nosotros de verlas a ellas. Alcanzo a fotografiar a una de ellas.
Continuamos por el barranco hasta encontrar dos caminos, tomamos el de la izquierda, un poco indecisos, porque sabemos que hemos de alcanzar la carretera pero no sabemos en qué punto. Huellas de tractores nos confirman que la carretera está cerca.
Así que seguimos por el camino con el barranco a nuestra derecha con agua, tal como nos había contado un vecino de Araya, que en un punto el río desaparecía, pero que aguas arriba podríamos ver el agua fluir.
Llegamos a la CV-193 y circulamos por ella buscando el regreso. Ni un coche, ni un ruido y encontrando espárragos por todos lados, hasta yo los encontraba.
No teníamos claro cuánto tramo de carretera debíamos caminar pero íbamos encontrando las referencias que Dani contaba en su crónica y nos tranquilizaba.
Por fin nos encontramos el Mas de Batxero. Caminar por asfalto ya se está volviendo aburrido y pesado, afortunadamente no pasa ni un coche.
Desde el Mas de Batxero hacemos fotografías de donde hemos estado.
Y continuamos por carretera. Afortunadamente conseguimos algo de cobertura y vemos que en una curva cerrada hemos de encontrar un sendero a la izquierda. Un hito nos confirma que vamos bien.
Ya de vuelta a un sendero, avanzamos aproximándonos de nuevo al Salt del Cavall desde lo alto, y sabemos que hay un mirador, pero no encontramos su acceso.
Llegamos a una nueva referencia de Dani, un montón de mineral y la entrada a una mina abandonada. Buscaremos información.
Continuamos por el sendero entre inmensos pinares que nos hacen olvidar que estamos tan cerca de casa, y llegamos al cruce de senderos del inicio de la ruta. Volvemos a la pista que nos lleva de nuevo a pasar por delante del Mas de Rogle y el regreso al punto de partida.
Una ruta bellísima. Caminar solos por la montaña, sin encontrarnos a nadie durante la ruta, sólo a las cabras, nos ha devuelto a nuestros inicios. Os la recomendamos.
Os dejamos aquí el TRACK de la ruta.