El Salto del Ángel

Por Captainflint

Jimmy Angel era un aviador americano que tuvo la desgracia, que posteriormente se convertiría en fortuna, de estrellar su avioneta en todo lo alto de una de las enormes montañas rocosas que hoy en día constituyen el parque natural Roraima (llamadas tepui por cierto).

Tanto él como las personas que le acompañaban sobrevivieron al impacto y cuando se les pasó el susto se pusieron a pasear por allí. Por coincidencias de la vida resultó que desde lo alto del tepui donde habían aterrizado tan elegantemente, se precipitaba la que resultó ser la cascada más alta del mundo, 983 metros de nada.

Navegando el Churun

A Jimmy y sus colegas les costó once días de caminata por la jungla volver a la civilización. A nosotros un poco menos, unas cuatro horas de bote desde Canaima, subiendo el río Churun. El tiempo estaba de nuestra parte esta vez: magnífico día, cielo azul y mucho calor.

A medida que uno va subiendo ese río y el paisaje empieza a cambiar, se empieza a entender un poco porqué la excursión del Salto del Angel es de las más caras de Sudamérica, porque merece la pena embarcarse en esa aventurilla de tres días.

No es sólo ver la catarata, es todo lo que la rodea. El paisaje de Roraima es de los más impresionantes que he visto en este viaje. El río discurre rodeando el tetui de Auyan que debe ser de los más tochos del parque; un macizo de roca gigantesco y espectacular.

En cada curva que hace el río aparece una nueva cara de la montaña, a cual más impresionante. Se siente uno como Aragorn y sus colegas en la primera peli, cuando iban con su canoa entrando en el reino de Rojan. El tepui ofrece a la vista unas paredes verticales altísimas y coloridas, con rocas en lo más alto dibujando las formas más diversas.

Es un contraste cojonudo. El azul oscuro del río, el casi blanco de las arenas en la orilla, el verde intenso de la vegetación de a continuación y el color entre anaranjado y rojizo de las rocas de fondo. Por momentos las orillas se vuelven rojas también, supongo que debido a alguna movida relacionada con los minerales del fondo, añadiendo una nueva tonalidad a la paleta de rojos.

Navegando el Churun

Es un paisaje increíble que le hace a uno sentirse en una peli de Jurasic Park y que de algún modo parece más propio de África que de Sudamérica. Un río ancho enorme rodeado a cierta distancia por montañas interminables y planas. Directo a mi top 5 de escenarios memorables de este viaje. Creo que nunca hice tantas fotos seguidas en un intervalo de tiempo tan corto.

Una cascada mas

Al cabo de un rato de navegación se para en una cascada (otra más!), donde uno se pude bañar, refrescarse y hacer el gañán en las rocas. Agradable parada pero con terribles consecuencias, como podeis leer en la sección maldita de este blog. Seguimos camino, yo bastante cabreado por el incidente que menciono abajo hasta que consigo centrarme sólo en el paisaje de nuevo.

De cuando en cuando el bote atravesa rápidos más o menos serios, momento en que los guías se ganan el sueldo dirigiendo ese tronco con motor de forma que no acabe petando contra una roca o volcando en mitad de la corriente del río y mandándonos a todos, gringos capullos, al fondo.

Otro media horita y parada para comer, en uno de esas orillas de arena blanca y agua rojísima. No muy espléndido el almuerzo, fue más que nada un break rápido para deglutir unos tristes sandwiches y al bote de nuevo. El río sigue serpenteando alrededor de la enorme montaña, descubriendo sus caras una y otra vez hasta que llega un momento en que, de verlo tantas veces, aquello deja de impresionar tanto.

El amago de monotonía desaparece casi inmediatamene. En un recodo del río aparece una nueva cara rocosa enorme solo que esta vez tiene algo especial. Un chorro de agua enorme cae desde todo lo alto. Por fin, está a la vista, y sin nubes que den por culo, el famoso Salto del Ángel.

Salto del Angel

Visto de lejos se aprecia de verdad lo alta que es y la localización impresionante que tiene, en mitad de una pared de roca vertical altísima. El agua cae desde tal altura que gran parte de ella se va evaporando antes de tocar el suelo. Parecida a la de Gocta pero en un escenario mucho más espectacular.

Llegamos cerca de la base y nos bajamos del bote. Toca ahora subir hasta el mirador aprovechando que hemos tenido suerte con el tema del tiempo. Menos mal, llego a pagar 280 dólares para encontrarme un montón de nubes ocultando la cascada y pillo un vuelo el día siguiente para volver a Europa.

Salto del Angel

El trekking dura una hora y nos lleva al mirador Salto Ángel, el lugar de la foto clásica. Allí se ve la cascada en todo su esplendor, recostada contra la pared de roca y cayendo hasta unas piedras que hay en la base, en las cuales se forma un nuevo salto de agua más ancho. Contando esas dos partes, la caída de agua es tan alta que para sacarla entera hay que tumbarse completamente en la roca para echar la foto. Nos pasamos un buen rato allí, contemplando aquello hasta que nos cansamos.

Parecía que aquí terminaba el tema pero aún quedaba otra jugada. Bajamos un rato más y llegamos a la base del Salto del Angel, donde termina en una laguna el segundo tramo del que hablaba antes. Y sí, allí uno se puede bañar, por mucho que la corriente acojone un poco y no haga tanto calor como para mojarse.

Efectivamente, tengo mis dudas al respecto pero cuando veo que los holandeses se meten, yo voy detrás. Ningún subcampeón del mundo va a dejarme en evidencia…No me arrepiento de la decisión. Es una pasada bañarse allí, sabiendo que estás en la base de la catarata más alta del mundo. Sabiendo que el agua que te cae en la cabeza lleva casi un kilómetro bajando.

Tras eso sólo quedaba volver al campamento, que está en frente de la cascada. Llegamos allí justo a tiempo de ponernos a cubierto de una tremenda tormenta que no paró durante un buen rato. Era uno de esos lugares donde se duerme en hamacas, pero al menos tiene su zona común con mesitas y tal. La cena fue buena y nos echamos unas risas con los holandeses que parece que llevan con dignidad el tema del fútbol siempre que uno no mencione demasiado la palabra Iniesta.

Bajo el Salto del Angel

En resumen, grandísimo tour que merece mucho la pena, siempre que uno esté dispuesto a ir hasta el Sur venezolano y a gastarse el pastizal que cuesta el tour, condiciones que realmente pueden hacer, y muy justificadamente, que mucha gente pase del tema.

Pero si el plan cuadra es bastante completito. El vuelo hasta Canaima es espectacular, la visita a la cascada del Sapo alucinante, el paseo en barco impresionante y la catarata es la hostia. No se trata sólo de ver un chorro de agua cayendo y listo, sino de pasar un par de días muy muy completos.

Ciudad Bolivar

Ibamos bastante contentos en el vuelo de vuelta a Ciudad Bolivar y teniamos un par de horas antes de que saliera nuestro bus nocturno. Tiempo mas que suficiente para darnos una vuelta por la ciudad que ademas estaba celebrando noseque movida al lado del rio.

Ciudad Bolivar es de esos sitios que la Lonely describe como maravilla colonial. Y si, es pintoresco, y claramente mas agradable que la ciudad venezolana promedio, con sus casitas de colores sus placitas, iglesias y demas pero tampoco es com para quedarse mas de medio dia.

Cuando terminamos de pasearnos por alli nos fuimos al hostal donde estaban los holandeses y nos dedicamos a bajarnos un par de botellas de ron con ellos que nos habian caido muy bien. No encontramos Santa Teresa pero si Cacique que es peor pero tampoco terrible.

Para cuando nos fuimos los orange ya casi no se tenian en pie. Trataron de hacer un capitan Flint triple y no fueron capaces de acabarlo ni uno solo de ellos. Fracasaron miserablemente igual que su seleccion de futbol. Claramente puede que yo no sea el gran bebedor que solia ser pero aun me da para merendarme sin problemas a un puniado de bebedores de cerveza…

Bebiendo con los holandeses

No dio para mas aquello y salimos en bus hacia el Sur del pais, zona de muchos tepuis como el del Salto del Angel. Tanto nos habian gustado que el siguiente paso estaba claro: habia que subirse a uno de ellos..